ARTÍCULO PUBLICADO EN ‘EL DEBATE’

Antonio Naranjo señala a Sánchez como el ‘gran culpable’ de la DANA

Las omisiones de Sánchez durante la catástrofe en Valencia desatan críticas por su gravedad extrema

Antonio Naranjo señala a Sánchez como el 'gran culpable' de la DANA

La columna de Antonio R. Naranjo lleva un titulo que recuerda aquel cuento infantil sobre el el lobo y el niño: Pedro y la dana.

En el artículo, publicado este 7 de abril de 2025, en El Debate, el periodista expone con dureza las implicaciones políticas y éticas de las decisiones –o la falta de ellas– del marido de Begoña, durante la devastadora DANA que asoló Valencia y otras regiones del Levante español.

El autor no solo pone en cuestión la respuesta tardía e insuficiente del Ejecutivo, sino que señala como intolerables las omisiones del mandatario español, quien, según el texto, “estaba en La India hablando de sequía y cenando con su mujer” mientras el desastre golpeaba al país.

La tesis central de Naranjo gira en torno a la inacción del presidente y su aparente desconexión con los problemas internos de España. “Si necesitan ayuda, que la pidan”, habría sido la respuesta simbólica atribuida a Sánchez, frase que resume, según el autor, una actitud negligente ante una tragedia que dejó más de 200 fallecidos y pérdidas multimillonarias.

Las omisiones que amplificaron el desastre

Naranjo detalla cómo la DANA reveló fallas estructurales en la gestión gubernamental. Según el artículo, Sánchez ignoró los mecanismos establecidos por su propia administración para actuar en situaciones de emergencia nacional. Esto incluye no haber declarado el estado de “interés para la Seguridad Nacional” como lo exige la Ley 36/2015, una medida que habría permitido coordinar recursos estatales y autonómicos con mayor eficacia.

En palabras del autor:
“La legislación vigente le obligaba a actuar antes y después de los hechos; él mismo había definido específicamente sus competencias formales con una descripción milimétrica de en qué escenarios y con qué herramientas debía aplicarlas.”

Además, se critica que el presidente priorizara otros asuntos políticos sobre la tragedia: “Prefirió aprobar un decreto para asaltar RTVE que para declarar una ‘situación de interés general.’” Este enfoque desató indignación no solo entre las víctimas directas del desastre, sino también entre sectores políticos y ciudadanos que esperaban una reacción más contundente.

La huida hacia adelante

El artículo también analiza cómo Sánchez intentó desviar la atención mediática hacia temas globales como el cambio climático, utilizando estos argumentos para justificar sus omisiones internas:
“La DANA valenciana solo le ha servido para pontificar por medio mundo contra el cambio climático […] mientras en España las medidas preventivas fueron lamentables.”

Naranjo subraya que esta estrategia mediática no logró ocultar la gravedad del caso ni las responsabilidades políticas derivadas. Incluso, destaca cómo el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno ha obligado al presidente a documentar sus decisiones (o falta de ellas) durante esta crisis.

La tragedia humana y política

Más allá de las cifras y los procedimientos legales, Naranjo apela al impacto humano de esta catástrofe. En uno de los pasajes más contundentes escribe:
“Porque los muertos y los daños en Valencia se merecen la verdad y no un espectáculo tristísimo en el que […] quiere hacer pensar a los ciudadanos que tiene las mismas funciones con una catástrofe nacional que con la erupción de un volcán en Islandia.”

El autor también menciona cómo Sánchez intentó politizar el desastre para obtener rédito electoral en Valencia, enfrentándose a acusaciones cruzadas con Carlos Mazón, presidente autonómico valenciano. Aunque reconoce las deficiencias de Mazón, recalca que estas no pueden eclipsar “la negligencia mayor” atribuida al presidente del Gobierno central.

El análisis de Naranjo deja entrever un fuerte cuestionamiento al liderazgo político actual en España, episodios como este ponen a prueba no solo las estructuras institucionales del país, sino también el carácter moral de sus líderes: “Si hubiera algo de verdad en sus palabras, de decencia en su cabeza y empatía en su corazón, se hubiese activado como un resorte para ayudar.”

La DANA ha dejado tras de sí un rastro devastador tanto en términos humanos como políticos. Este episodio no solo evidencia fallos logísticos ante emergencias climáticas cada vez más frecuentes; también revela grietas profundas en la confianza hacia quienes tienen el poder –y la obligación– de proteger a sus ciudadanos.

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