ARTÍCULO PUBLICADO EN ‘EL DEBATE’

Antonio R. Naranjo y su veredicto sobre la juez de Catarroja que sólo ve la mitad de la DANA

El periodista firma una columna crítica sobre el papel de una magistrada en un caso reciente que ha sacudido la opinión pública

'Sánchez es fango' y la responsabilidad del Gobierno socialcomunista en el desastre de la DANA
'Sánchez es fango' y la responsabilidad del Gobierno socialcomunista en el desastre de la DANA. PD

El veterano periodista y analista Antonio R. Naranjo titula hoy su columna en El Debate La juez de Catarroja no se entera, publicada el 24 de abril de 2025.

En esta tribuna, Naranjo arremete contra la actuación judicial en un caso que ha generado un intenso debate social y político, poniendo el foco en la gestión de la jueza responsable y en las consecuencias mediáticas y políticas derivadas.

Desde el arranque, Naranjo plantea su tesis con la contundencia que le caracteriza: el sistema judicial español, representado en este episodio por la jueza de Catarroja, evidencia una preocupante desconexión con la realidad social y mediática que rodea los casos sensibles. El autor, conocido por su estilo incisivo y directo, no duda en señalar las carencias del aparato judicial para responder a las demandas ciudadanas de justicia y transparencia.

«La juez de Catarroja ha dejado claro que vive ajena al mundo exterior, encapsulada en una burbuja judicial donde las voces que claman por justicia son solo un rumor lejano.»

El artículo se estructura alrededor del análisis crítico sobre cómo se gestionó el caso desde los tribunales valencianos, subrayando la falta de sintonía entre la magistratura y una ciudadanía cada vez más atenta —y exigente— con los procesos judiciales que saltan a los medios. En este sentido, Naranjo enfatiza:

«No es solo cuestión de no escuchar a las víctimas o a sus familias; es que ni siquiera parece entender el impacto social que tienen decisiones como la suya, tomadas desde una frialdad burocrática alarmante.»

A lo largo del texto, el periodista reflexiona sobre el papel de los jueces en la España contemporánea, reclamando mayor empatía y adaptación al contexto social actual. Naranjo cita ejemplos recientes para ilustrar cómo ciertas resoluciones han provocado indignación ciudadana y cuestiona si estas respuestas judiciales contribuyen realmente al prestigio de las instituciones:

«Vivimos tiempos en los que el descrédito institucional avanza a pasos agigantados, y actuaciones como esta no hacen sino dar más argumentos a quienes desconfían del sistema.»

El análisis se extiende también al impacto mediático del caso, destacando cómo determinadas decisiones judiciales pueden amplificar la crispación social o alimentar determinados discursos políticos. Naranjo sostiene que la opacidad o falta de pedagogía por parte del poder judicial favorece interpretaciones partidistas y polarizadas:

«Mientras tanto, los partidos aprovechan cualquier resquicio para sacar rédito político, y los medios lo amplifican sin filtros. Pero si quienes deben impartir justicia no dan explicaciones claras ni muestran sensibilidad, ¿qué esperamos del resto?»

En sus últimos párrafos, Naranjo lanza un alegato en favor de una reforma profunda del sistema judicial español, abogando por una mayor transparencia, formación específica para jueces en cuestiones sociales y una comunicación más fluida con la sociedad:

«No se trata solo de aplicar leyes: hace falta entender lo que ocurre fuera del despacho, conectar con quienes esperan algo más que sentencias: esperan justicia.»

Esta columna se inscribe así en el estilo habitual del periodista madrileño: crítica directa a las instituciones cuando considera que fallan a la ciudadanía; denuncia clara ante lo que percibe como injusticias o desconexión institucional; e invitación constante a repensar el funcionamiento real de los engranajes del Estado.

Claves del artículo

  • Antonio R. Naranjo cuestiona abiertamente la actitud de la magistrada valenciana.
  • El caso sirve para denunciar problemas estructurales del sistema judicial español.
  • El autor exige mayor empatía institucional y mejor conexión con las demandas ciudadanas.
  • Se critica la utilización política y mediática de decisiones controvertidas.
  • La columna reclama reformas profundas orientadas a lograr una justicia más transparente, comprensible y cercana.

En definitiva, “La juez de Catarroja no se entera” trasciende el caso concreto para convertirse en un alegato crítico sobre los déficits actuales del sistema judicial español, en línea con otras intervenciones recientes del autor sobre temas institucionales y políticos. La tribuna refuerza así su compromiso con un periodismo crítico y atento a los desajustes entre poder y ciudadanía.

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