ARTÍCULO PUBLICADO EN ‘THE OBJECTIVE’

Ignacio Vidal-Folch sobre el Papa, el desafío de la castidad y el debate sobre el sexo

Ignacio Vidal-Folch examina en profundidad los dilemas morales y naturales tras la castidad en la Iglesia, desnudando la tensión entre fe, deseo y naturaleza humana

Ignacio Vidal-Folch sobre el Papa, el desafío de la castidad y el debate sobre el sexo

El escritor y periodista Ignacio Vidal-Folch titula hoy su columna El Papa y el sexo, publicada el 25 de abril de 2025 en The Objective, abordando con agudeza la compleja relación entre la Iglesia Católica, el celibato y la sexualidad.

Desde el arranque, su texto pone en primer plano una tesis tan provocadora como certera: «Es natural que lleven mal la castidad, porque si la sexualidad es algo natural, renunciar voluntariamente a ella es un acto contra natura…».

Este planteamiento inicial destila el tono crítico que empapa todo el artículo, en el que se exploran los límites entre lo espiritual y lo biológico, así como las contradicciones de un sistema que pide a sus miembros renunciar a uno de los impulsos más esenciales del ser humano.

Vidal-Folch sostiene que la Iglesia impone un sacrificio «antropológicamente imposible» a sus sacerdotes, y se pregunta hasta qué punto resulta razonable exigir semejante renuncia. En palabras del autor:

«La sexualidad es parte integral de nuestra naturaleza. Negarla no es sólo difícil, sino que puede tener consecuencias imprevisibles para quienes se ven obligados a reprimirla durante toda su vida adulta».

El artículo avanza con una mirada crítica hacia las instituciones eclesiásticas, acusándolas de no comprender en profundidad las implicaciones reales de la abstinencia forzada. El autor subraya que el problema no es tanto moral como biológico, pues ninguna doctrina puede desligar al ser humano de sus pulsiones fundamentales.

Entre la ética y lo biológico

Uno de los fragmentos más incisivos del texto apunta directamente a la raíz del conflicto:

«Pretender que miles de hombres y mujeres sean capaces de vivir toda su vida sin sexo es ignorar lo más elemental de la condición humana. Y esa ignorancia tiene un precio».

En este sentido, Vidal-Folch se suma al debate sobre los escándalos sexuales que han sacudido a la Iglesia en las últimas décadas, sugiriendo que muchos de ellos son consecuencia directa de una represión sistemática e insostenible. Así, el autor señala:

«No debería sorprendernos que quienes han sido apartados del sexo desde muy jóvenes terminen por desarrollar comportamientos desviados o problemáticos. La represión no engendra virtud, sino patología».

Este argumento conecta con las reflexiones contemporáneas sobre psicología y sexualidad, aportando una perspectiva moderna a una controversia milenaria.

El Papa Francisco: ¿reformador o continuista?

A lo largo del artículo, Vidal-Folch introduce también la figura del Papa Francisco como catalizador —o freno— del cambio en el seno de la Iglesia. Se pregunta hasta qué punto el pontífice argentino está dispuesto a revisar los dogmas sobre celibato y sexualidad:

«El Papa Francisco parece comprender mejor que otros pontífices anteriores la naturaleza humana. Pero hasta ahora sus reformas han sido tímidas, parciales. ¿Se atreverá algún día a tocar el núcleo del problema?».

Este interrogante queda flotando como uno de los grandes desafíos pendientes para el catolicismo actual.

Reflexión final: fe frente a instinto

El texto concluye con una reflexión existencial sobre el choque entre instinto y fe, invitando al lector a cuestionar los límites razonables del sacrificio religioso:

«La castidad impuesta no ennoblece ni libera: encarcela. Y quizás ha llegado el momento de reconsiderar si es posible construir una espiritualidad adulta sobre semejantes cimientos».

A lo largo del artículo, Ignacio Vidal-Folch despliega su habitual maestría para enlazar referencias culturales y filosóficas, salpicando su análisis con ironía y lucidez. El lector queda así ante un debate abierto: ¿es posible conciliar naturaleza y trascendencia sin sacrificar ninguna? ¿O estamos abocados a vivir en permanente conflicto entre lo que somos y lo que nos piden ser?

Las palabras textuales seleccionadas subrayan las ideas clave:

  • «Es natural que lleven mal la castidad, porque si la sexualidad es algo natural, renunciar voluntariamente a ella es un acto contra natura…»
  • «La sexualidad es parte integral de nuestra naturaleza. Negarla no es sólo difícil, sino que puede tener consecuencias imprevisibles para quienes se ven obligados a reprimirla durante toda su vida adulta»
  • «Pretender que miles de hombres y mujeres sean capaces de vivir toda su vida sin sexo es ignorar lo más elemental de la condición humana. Y esa ignorancia tiene un precio»
  • «No debería sorprendernos que quienes han sido apartados del sexo desde muy jóvenes terminen por desarrollar comportamientos desviados o problemáticos. La represión no engendra virtud, sino patología»
  • «La castidad impuesta no ennoblece ni libera: encarcela. Y quizás ha llegado el momento de reconsiderar si es posible construir una espiritualidad adulta sobre semejantes cimientos»

Así queda glosado un artículo incómodo pero necesario, en el que Ignacio Vidal-Folch aporta matices valiosos al eterno dilema entre deseo y religión.

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