El periodista Jorge Vilches titula hoy su columna en The Objective como Socialistas, pilinguis y enchufados, publicada el 26 de abril de 2025.
En este artículo, el periodista apunta directamente a la normalización de los privilegios y los escándalos dentro del socialismo español, retratando cómo el acceso al poder ha generado una cultura política basada en el clientelismo, el uso partidista de las instituciones y la tolerancia hacia comportamientos que contradicen los principios defendidos públicamente.
Desde el arranque, Vilches se centra en cómo la democracia ha sido instrumentalizada por algunos sectores socialistas para beneficio propio, sin necesidad de recurrir a métodos violentos:
«Es la virtud que tiene la democracia para los socialistas, que no les hace falta la violencia para disfrutar de las mieles…»
Esta frase sirve como hilo conductor de una crítica a la forma en que, según el autor, se gestiona el poder desde posiciones que se proclaman defensoras del interés general pero que acaban privilegiando redes personales y familiares. Vilches no duda en denunciar el doble rasero moral y político:
«La democracia es para estos socialistas un sistema donde colocar a los amigos y disfrutar de recursos públicos sin tener que pasar por la cárcel ni hacer la revolución.»
El texto se adentra en ejemplos recientes de casos de corrupción, nepotismo y escándalos sexuales relacionados con figuras del PSOE y su entorno. Se subraya cómo estas conductas han dejado de escandalizar a parte de la opinión pública —y especialmente a su base electoral— debido al hartazgo, el cinismo o el convencimiento de que “todos son iguales”:
«Ahora ya nadie se escandaliza. Ni siquiera los suyos. La excusa es siempre la misma: todos los partidos lo hacen.»
La columna repasa también cómo la maquinaria socialista ha sabido integrar estos excesos dentro de una narrativa victimista o justificadora, presentando cualquier crítica como un ataque reaccionario o una conspiración mediática. Vilches señala con ironía cómo determinados comportamientos privados —que deberían ser motivo de dimisión inmediata según sus propios códigos éticos— pasan desapercibidos cuando afectan a sus filas:
«La izquierda ha convertido el poder en una herencia familiar; un patrimonio del partido transmitido a través de redes clientelares; una sociedad limitada donde los puestos se reparten entre amigos, parejas y familiares.»
El análisis va más allá del caso particular del PSOE y advierte sobre los efectos estructurales que esta cultura tiene sobre la confianza ciudadana en las instituciones democráticas. El autor insiste en que esta “costumbre” no solo erosiona la credibilidad del sistema político, sino que alimenta el desapego cívico y facilita el auge del populismo.
Entre los fragmentos más incisivos del artículo destaca su reflexión sobre el papel de los medios afines y su silencio cómplice ante estos episodios:
«Los medios próximos al poder socialista callan o minimizan estos asuntos. Solo los airean cuando ya no hay manera de taparlos.»
A lo largo del texto, Vilches mezcla ironía con indignación contenida para pintar un retrato poco halagüeño del estado actual del poder político en España. El artículo utiliza términos provocadores como “pilinguis” o “enchufados”, no solo por su carga semántica sino como síntoma de una degradación discursiva y ética ampliamente extendida.
Temas clave abordados
- Normalización del clientelismo: El artículo denuncia cómo las estructuras internas del PSOE han creado una red clientelar donde amigos, familiares y parejas reciben cargos públicos o beneficios.
- Silencio mediático: Se señala la complicidad de ciertos medios que prefieren mirar hacia otro lado mientras estos escándalos afectan al espacio progresista.
- Desafección ciudadana: Vilches advierte que este clima propicia un desencanto creciente entre los ciudadanos respecto a sus representantes e instituciones.
- Doble moral: Se denuncia el contraste entre los discursos públicos sobre ética, igualdad y feminismo frente a las prácticas privadas detectadas.
Una glosa sobre fondo histórico
El texto mantiene una conexión directa con otras columnas recientes del autor donde ya advertía sobre la irracionalidad política, la patrimonialización de lo público y el uso instrumentalista de las instituciones democráticas por parte de determinadas élites políticas. En esa línea, Vilches rescata episodios pasados para advertir que no estamos ante excepciones sino ante un patrón reiterado:
«Estas izquierdas han aparentado lo que nunca han sido, pero no por civilizar, sino para enfrentar a la sociedad y conseguir el poder.»
Este enfoque conecta con un análisis más amplio sobre el deterioro institucional y cultural provocado por décadas de impunidad relativa para quienes gobiernan. El autor identifica esta situación con una cierta continuidad histórica donde las luchas por el poder acaban relegando cualquier atisbo de regeneración democrática.
Epílogo crítico
La columna concluye sin ofrecer soluciones concretas pero sí con una advertencia clara:
«España está ya en el abismo…»
Con esta afirmación rotunda, Vilches subraya que estamos ante un fenómeno estructural más allá de nombres propios o anécdotas recientes. El artículo funciona así como un espejo incómodo dirigido tanto a quienes ostentan responsabilidades públicas como a quienes consienten —con su voto o su silencio— este tipo de prácticas.
En definitiva, Socialistas, pilinguis y enchufados es una pieza incisiva que apela tanto al juicio crítico como a la memoria colectiva para entender hasta qué punto se han desdibujado las líneas entre lo público y lo privado bajo determinadas formas de ejercicio del poder político.