El periodista Antonio R. Naranjo titula hoy su columna La venganza de Pablo Iglesias en El Debate, publicada el 28 de abril de 2025. Desde el arranque, Naranjo plantea una tesis contundente sobre el regreso estratégico de Pablo Iglesias al centro del debate político español y sus efectos directos sobre Yolanda Díaz, Sumar y el propio Pedro Sánchez.
La columna arranca contextualizando el momento actual: la izquierda fragmentada, la debilidad de Sumar y la omnipresencia mediática del exlíder de Podemos. El autor sostiene que Iglesias no solo ha vuelto para ajustar cuentas personales, sino que busca “reorganizar” un espacio político a la deriva tras los últimos varapalos electorales y la pérdida de influencia en el Gobierno.
“Pablo Iglesias ha regresado con toda su artillería verbal y mediática para cobrarse las facturas pendientes con quienes considera responsables de su caída: Yolanda Díaz y, en segundo plano, Pedro Sánchez.”
A lo largo del texto, Naranjo utiliza un tono crítico e incisivo para destacar cómo Iglesias ha encontrado en la debilidad de Sumar una oportunidad para liderar una nueva etapa a la izquierda del PSOE. Según el columnista, la estrategia de Iglesias es tan personalista como calculada:
“No es solo una cuestión de egos: Iglesias ha entendido que, con Sumar en caída libre y Podemos sin liderazgo claro, puede capitalizar el descontento y presentarse como el único capaz de articular una oposición real a Sánchez desde la izquierda.”
El periodista expone que esta “venganza” no se limita a un ajuste de cuentas interno, sino que tiene consecuencias directas en el equilibrio político nacional. El retorno del exvicepresidente —insiste Naranjo— obliga a Sánchez a mirar por el retrovisor, mientras complica aún más la gobernabilidad parlamentaria. La columna subraya el papel determinante que los medios juegan en este proceso:
“Iglesias se sirve ahora más que nunca del altavoz mediático para desgastar a sus rivales y presentarse como víctima de una operación orquestada entre Moncloa y Sumar para apartarle del tablero.”
En otro pasaje esencial, Naranjo pone el foco sobre Yolanda Díaz, líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno. El articulista sostiene que Díaz se ve desbordada por la ofensiva discursiva y estratégica de Iglesias:
“Díaz ha perdido pie ante un Iglesias que controla los tiempos, los relatos y hasta los silencios incómodos; sabe cómo activar a las bases desencantadas y cómo volverlas contra quien ayer fue su aliada.”
La columna concluye alertando sobre las implicaciones futuras: la “venganza” de Iglesias podría derivar en una recomposición profunda del espacio progresista o en un debilitamiento estructural del bloque que sostiene al Gobierno. Para Naranjo, todo dependerá de la capacidad del exlíder morado para mantener la tensión política sin quemar sus propias naves.
Claves del análisis
- Antonio R. Naranjo es uno de los periodistas más reconocidos por su enfoque crítico hacia los líderes políticos, especialmente desde su tribuna habitual en radio, televisión y prensa escrita.
- La maniobra de Pablo Iglesias representa mucho más que un ajuste personal: es un intento por reconquistar protagonismo ideológico y electoral.
- La tensión entre Podemos, Sumar y el PSOE marca el pulso actual de la política española, con implicaciones directas sobre la estabilidad gubernamental.
- El papel mediático es clave: Iglesias vuelve a apoyarse en su dominio comunicativo para redefinir alianzas y enemistades.
Contexto ampliado
La jugada analizada por Naranjo se produce tras meses de crisis interna en Sumar y con Podemos relegado a un papel secundario tras las últimas elecciones generales. La figura de Pablo Iglesias —lejos ya del Gobierno pero nunca fuera del foco— se convierte así en catalizador tanto del malestar como de posibles realineamientos dentro del espectro progresista español.
Naranjo destaca cómo los movimientos tácticos del exlíder morado obligan al resto de actores políticos a reposicionarse rápidamente. Para Sánchez, supone añadir incertidumbre a una legislatura marcada por pactos frágiles; para Yolanda Díaz, implica una amenaza directa a su liderazgo interno.
El autor subraya finalmente que esta “venganza” —más allá del ajuste personal— tiene potencial para modificar profundamente tanto las alianzas parlamentarias como las estrategias electorales inmediatas.
“En definitiva, si alguien pensaba que Pablo Iglesias estaba acabado políticamente, solo tiene que mirar cómo se tambalean hoy Sumar y PSOE cada vez que él toma la palabra o mueve ficha.”
La columna se convierte así en una radiografía precisa sobre las luchas intestinas de la izquierda española actual, situando a Pablo Iglesias como factor imprevisible pero determinante en el futuro inmediato del tablero político.