Lo del socialista Sánchez es una peste.
Nunca en nuestra Historia hemos sufrido un presidente de Gobierno, que se quisiera tanto así mismo, amase tan poco a España y fuera tan caradura.
Y nunca hemos padecido unos medios de comunicación tan entregados al poder, tan dependientes de la subvención o la publicidad institucional y a una recua de periodistas tan palanganeros.
En los 50 años días transcurridos desde que se murió en la cama el general Franco, ningún Gobierno español ha acumulado tanto respaldo empresarial, bancario y mediático como el engendro ‘Frankenstein‘ ensamblado por el marido de Begoña, con apoyo de los zarrapastrosos de Podemos y Sumar, los proetarras de Bildu, los peseteros del PNV, los golpistas de ERC, los delincuentes de Junts y algún otro.
Como estamos viendo en el Congreso de los Diputados, donde el analfabeto Patxi López y su cortejo de masajistas han sacado adelante un reglamento para expulsar de la sede de la soberanía popular a reporteros cimarrones como nuestro Bertrand Ndongo, la consecuencia del control que ejerce el amo del PSOE sobre los medios de comunicación públicos y concertados, es que es que no hay ya ‘cuarto poder’ digno de ese nombre.
Marca la pauta la ‘Brunete Pedrete’, integrada por RTVE, LaSexta, El País, Cadena SER, Diario.es y otros sectarios, pero la tropelía contra Ndongo, motivada porque osa preguntar a los políticos lo que ellos no se atreven, se perpetra con la complicidad de los corresponsales parlamentarios de El Mundo, ABC, La Razón, El Debate, La Cope y otros paniaguados teóricamente ajenos al régimen.
Importante subrayar que el recorte a la libertad de expresión no se limita al Congreso o se va a pararse ahí.
PSOE y Sumar ya han registrado proposiciones no de ley que tienen como fin imponer algoritmos que les permitan censurar la redes sociales.
Los periodistas somos portadores privilegiados de un derecho ajeno; el que tienen ustedes, ciudadanos españoles, a ser informados.
Y para ello, en lugar de dorar la píldora al portavoz de turno, hay que preguntarle lo relevante, lo esencial, lo que realmente interesa como intenta -infructuosamente casi siempre, porque suelen liquidarlo con un insulto y una descalificación- alguien como Ndongo.
Como dijo hace más de un siglo el feroz William Randolph Hearst, editor del popular New York Journal:
«Periodismo es publicar algo que alguien no quiere que publiques. El resto son relaciones públicas».