Cada día que pasa, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, queda peor parado y más pringado por la corrupción producto de la trama de corrupción conocida como el caso Koldo.
Aunque intente poner tierra por medio para no tener que responder sobre las informaciones que a diario se van desvelando sobre los chanchullos y manejos de su exmano derecha, José Luis Ábalos, el comisionista Víctor de Aldama y el exasesor del ministro de Transporte, Koldo García que salpican a varios ministerios y hasta el propio PSOE, lo cierto es que Sánchez se encuentra acorralado.
Desde la compraventa de 104 barras de oro con un valor de 68 millones de euros -presuntamente entregados en el polémico encuentro en Barajas conocido como Delcygate– hasta las quejas de Jéssica, la entonces pareja de Ábalos, porque la trama le había comprado una versión de iPhone que no era de su agrado y que el casero del piso en la Torre de Madrid, sito en la Plaza de España, le reclama que debían dos meses de alquiler, cada detalle que se conoce es más escabroso y retrata la dimensión de la trama.
En las conversaciones rescatadas por la UCO entre Aldama y Delcy Rodríguez, se aprecia cómo el “nexo corruptor” tenía ‘línea directa’ con las altas esferas de poder de los gobiernos de España y Venezuela y su papel para impulsar una normalización en las relaciones entre ambos países, pese a las sanciones impuestas por los Estados Unidos y por Europa.
En cuanto al alcance de la trama dentro del Ejecutivo de Sánchez, un mensaje enviado por Rubén de Aldama a su hermano Víctor implica directamente al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska: “Es el Ministerio del interior. Déjalo a nombre de Sinfoniano. Es el conductor de Marlaska. La guardia civil te lo cogerá”. No se especifica qué contenía el encargo pero sí que había contactos de la trama dentro de Interior.
Otro mensaje implica a otro funcionario más: “Joder si llego a venir antes te recogía al consejero de interior ya le tengo en el bote (…) Es un comisario y hoy está con nosotros. A estado en 5 sitios en el extranjero”. No se menciona el nombre pero desvela otra ficha más de la organización dentro de las instituciones.
Baltasar Garzón también se ve salpicado por el escándalo. Ilocad, el bufete del exmagistrado facturó 8,8 millones del Gobierno de Venezuela por su trabajo en la “coordinación con la Fiscalía en España”.
Lo cierto es que se aprieta la soga en el cuello de Sánchez, y aunque el presidente planee estar por el extranjero en las próximas semanas, este asunto seguirá acechándolo.
Este y otros asuntos de actualidad serán tratados por Alfonso Rojo en el ‘24×7’ de este martes, 29 de octubre, junto a Daniel Portero y Eurico Campano.