Más información
La guerra de Ucrania está cambiando las prioridades de las naciones.
Entre ellas, la necesidad de incrementar el gasto en defensa para garantizar a su vez la protección de las libertades y de los derechos.
No obstante, se trata de una medida que amerita explicaciones detalladas y, por supuesto, un consenso entre los diferentes partidos.
Y en España eso no debería de ser una excepción.
Pero, como bien sostiene Antonio Caño en su artículo en ‘The Objective‘, Pedro Sánchez no parece estar dispuesto a rebajarse al nivel de acordar nada ni con sus socios ni con la oposición:
Desgraciadamente, todo esto nos pilla en España con el paso cambiado, en manos de un dirigente incompatible con los valores que hoy toca defender, un presidente del Gobierno de instintos autoritarios, sin convicción democrática, que no dudaría en intentar sacar ventaja de la peor catástrofe. Eso es exactamente lo que está haciendo estos días. Insensible a la trascendencia del momento y a la gravedad de las consecuencias que todo esto puede tener para los españoles -al fin y al cabo estamos hablando nada más y nada menos que de la forma de evitar una guerra en Europa-, Pedro Sánchez se afana con más pasión en castigar en la televisión a Isabel Ayuso o asegurarse el control absoluto del grupo Prisa, y pone más entusiasmo en humillar al líder de la oposición en sus ridículas rondas de consulta que en buscar la necesaria unidad de la sociedad ante los desafíos que se adivinan.
Para el periodista del medio de Álvaro Nieto, no se puede esperar nada bueno del inquilino de La Moncloa:
No esperemos un gesto de grandeza de Sánchez porque eso sería tanto como esperar el ladrido de un gato. No está en su naturaleza. Sánchez es un político nacido para dividir y destruir. Hoy que los tiempos exigen lo contrario, España se encuentra atascada y condenada a una incertidumbre fatal. Sánchez se ha consagrado desde su llegada al Gobierno por crear suficiente enfrentamiento y quiebra en la sociedad española como para que su mandato no se viera en peligro.
Caño cree que el presidente del Gobierno está a cualquier cosa menos a lo que exige la situación actual:
Ahora que los tiempos exigen otra cosa se le ve desnortado, esperando todavía una ocurrencia o una circunstancia que le sea favorable, pero sin duda empecinado en no hacer lo que debería. Es obvio que carece de apoyos parlamentarios para cumplir con los compromisos que Europa exige y que debería, por lo tanto, convocar elecciones o buscar un acuerdo con el Partido Popular. Pero ambas cosas serían contrarias a su naturaleza.
Concluye aseverando que España tiene a un mandatario que solo busca la forma para perpetuarse en el poder:
Lo que tenemos es al Sánchez de siempre, el mismo Sánchez que no ha dudado en abrir las puertas de Moncloa a Bildu y en darle al independentismo catalán el poder que les negaron las urnas única y exclusivamente para mantenerse en el poder. En esas manos está España en esta hora crítica de nuestra historia.
Más en Periodismo
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE