Estamos en las peores manos en el peor momento. La frase es del policía Samuel Vázquez pero se aplica a cualquier ámbito de actuación del Gobierno de Pedro Sánchez, en especial cuando el país enfrenta un problema de grandes dimensiones. Lo fueron en su momento el volcán de la Palma, la pandemia o la Dana en Valencia.
Y ahora son los aranceles impuestos por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a casi todo el mundo, que tensan la cuerda y abre la puerta a una guerra comercial en la que perdemos todos. Y en medio de este contexto, Sánchez ha anunciado otro no-plan (como el del gasto en Defensa) que nos aboca a la nada: un refrito de medidas ya aprobadas, frases hechas y soflamas en las que se autoerige como el contrapeso mundial del mandatario estadounidense.
Dando muestras de su cinismo infinito, afirmó que tenía valores que no se venden. Que no se venden por menos de siete votos, habría que añadir. Pero dejando de lado el caradurismo y la falta de efectividad del presunto plan, la estrategia del líder del PSOE es clara: usar esta nueva coyuntura para tapar la corrupción que salpica a su Ejecutivo, su partido y su círculo íntimo.
Aunque este arrinconado, Sánchez ha demostrado saber aprovechar las crisis para reforzar su poder y posición, por lo que seguirá avanzando en su agenda para desmontar el Poder Judicial y callar a los medios críticos que no se distraen con los fuegos de artificio que lanzan desde Moncloa y replican sus terminales mediáticas.
Este y otros asuntos de actualidad serán tratados por Alfonso Rojo en el ‘24×7’ de este viernes, 4 de abril, junto al diputado de la Asamblea de Madrid, Daniel Portero, y el periodista Xavier Horcajo.