ARTÍCULO EN 'THE OBJECTIVE'

Cebrián baja el ego a los ‘literatos’ Iglesias y Zapatero y los hunde en la más absoluta irrelevancia

"Sus obras son ejemplos sustantivos de la ausencia de autocrítica del poder, incluso cuando ya no se ejerce"

Juan Luis Cebrián, Pablo Iglesias y José Luis Rodríguez Zapatero.
Juan Luis Cebrián, Pablo Iglesias y José Luis Rodríguez Zapatero.

No va a ser su mejor publicista.

Juan Luis Cebrián, desde su tribuna en ‘The Objective‘, no tiene muy buena opinión de los dos últimos libros que han salido al mercado, el de Pablo Iglesias y el de José Luis Rodríguez Zapatero.

Quien fuera director de ‘El País‘ aseguró que los libros le llegaron por casualidad a sus manos y no porque él los estuviese buscando:

Cayeron en mis manos, como por casualidad, dos libros firmados por un expresidente y un exvicepresidente de gobiernos sedicentemente progresistas. Me refiero a José Luis Rodríguez Zapatero (‘La solución pacífica’) y Pablo Iglesias (‘Enemigos íntimos’). Sus obras son ejemplos sustantivos de la ausencia de autocrítica del poder, incluso cuando ya no se ejerce.

Añadió que ambas obras son un auténtico ladrillo, pero que al menos la del podemita tiene algo de chispa:

Ninguno tiene elegancia literaria, aunque reconozco el abrupto ingenio de Iglesias, vencedor indudable frente al autoelogio permanente de Bambi, como llamó a Zapatero otro vicepresidente socialista, este sí versado y audaz en las lides de la cultura. Su incompetencia (la del susodicho cervatillo) le llevó a ignorar y no combatir la crisis del 2008, arrojando al país a una situación económica calamitosa, aunque no parece aceptar responsabilidad ninguna. Ahora pretende aleccionarnos sobre el futuro del mundo, sin sonrojarse siquiera por su repetida defensa del tirano de Venezuela y sin explicar si es o no remunerado su encendido apoyo a China.

Aprovechó, al hilo del libro de Pablo Iglesias, para propinarle una tarascada a Pedro Sánchez:

Aburrido de la lectura zapateril, dediqué no muchas horas a la del fundador de Podemos que, entre otras cosas, nos advierte textualmente de que las mujeres de verdad tienen coño. No sé cómo serán las de mentira. Reconozco una cierta simpatía personal por una personalidad tan arrolladora y a la vez tan insustancial como la de Pablo, al que admiro entre otras cosas porque después de arruinar su carrera política haya decidido poner un bar. Eso expresa por sí mismo que sigue siendo una persona de carne y hueso, y no un monigote a lo Sánchez.

Aunque también aclaró que tanto el fundador de Podemos como el actual presidente del Gobierno tienen muchos paralelismos:

Pero hay algo que le une inexorablemente a él: el empeño de ambos en construir a sus esposas en líderes políticos o empresariales, con el único y fundamental basamento de su relación matrimonial. Ni Irene Montero puede ser nuestra nueva Pasionaria, ni Begoña Gómez la María Moliner de la comunicación. Aunque el último favor que agradezco a Pablo es que haya hecho de la política algo más humano y divertido, aunque más inconsistente también, a la hora de trabajar por las necesidades y los intereses de los ciudadanos. Desde luego no voy a polemizar con él en sus referencias a mi pobre persona, ni muchos menos a las múltiples citas que hace de El País, el verdadero como diría Luis María Ansón, o el patrocinado por Bambi y un par de hijos de papá con sueños televisivos.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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