La Semana Santa de Pedro Sánchez es un auténtico calvario.
Los dolores de cabeza del presidente de Gobierno se multiplican con cada información que se publica sobre los casos de corrupción que salpican a su Ejecutivo, a su partido y a su círculo íntimo.
Lo del Parador de Teruel pasó de ser una anécdota a un cataclismo. El esperpento de la ministra de Educación, Pilar Alegría, primero mostrándose indignada cuando le preguntaron si había dormido en el hotel la noche de los hechos para después terminar reconociendo que sí estuvo deja más preguntas que respuestas. Y en lugar de aclarar si existió o no la supuesta orgía del entonces ministro José Luis Ábalos, se ha dedicado a denunciar una campaña de acoso machista en su contra.
Otra Pilar también desmonta con su testimonio el relato oficial. Esta vez ha sido el turno de Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, quien en su comparecencia ante el juez ha dejado mal parado a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y al Gobierno Sánchez.
Según la socialista, la CHJ no proporcionó información clave sobre el aumento del caudal en el Poyo durante las horas críticas previas al desastre. Además, aseguró que en la reunión en el CECOPI se priorizó el riesgo de rotura de la presa de Forata, mientras que el barranco del Poyo, clave en las inundaciones que arrasaron l’Horta Sud, quedó relegado.
Para más inri, un nuevo esperpento en el Senado por parte de una mujer relevante en el caso Koldo aumenta la polémica sobre el caso de corrupción que es un auténtico clavo en la mano para Sánchez. Con un parte médico presentado a última hora, Jésica evitó comparecer en la comisión de la Cámara Alta. Sin embargo, lo acompañó con un escrito en el que se reafirma en todo lo dicho en sede judicial.
Y mientras tanto, en Moncloa ya preparan el banquillo para el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que tendrá que declarar ante el juez Peinado por el caso Begoña.
Este y otros temas de actualidad serán tratados por Alfonso Rojo en el ‘24×7’ de este martes, 15 de abril, junto al secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad.