La política española vive estos días otro episodio de alta tensión.
El nombre de Pedro Sánchez vuelve a ser protagonista, no solo por su cargo de presidente del Gobierno, sino por una cadena de decisiones, mensajes y llamadas que han puesto bajo los focos el controvertido rescate público a Air Europa en 2020, tal y como publica este 14 de mayo de 2025 el diario ‘El Mundo’.
Lo que comenzó como un movimiento para salvar a una aerolínea estratégica durante la pandemia se ha transformado en un torbellino judicial y mediático en el que también figuran Begoña Gómez, esposa del presidente, y pesos pesados del PSOE como José Luis Ábalos.
La cronología de una intervención inesperada
El detonante salta en septiembre de 2020. Según revela un informe reciente de la Guardia Civil, el empresario Javier Hidalgo, hijo del fundador de Air Europa (perteneciente al grupo Globalia), contacta con Begoña Gómez en busca de ayuda para desbloquear el rescate estatal de la aerolínea, entonces en una situación financiera crítica por la pandemia. Apenas cinco días después de esa llamada —fechada el 3 de septiembre—, el propio Pedro Sánchez entra en acción: escribe un mensaje a su entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, instándole a “darle una vuelta” al mecanismo con el que el Estado debía intervenir económicamente en Air Europa.
Esta secuencia temporal ha sido confirmada por los mensajes filtrados y los informes policiales. El 8 de septiembre, Sánchez expresa sus dudas sobre que la empresa británica IAG (matriz de Iberia) adquiera Air Europa e insiste en analizar detenidamente cómo proceder con la operación. De fondo, la familia Hidalgo presiona para mantener el control y obtener apoyo financiero antes de perder completamente la compañía.
Un rescate exprés: velocidad política frente a criterios técnicos
Lo que más llama la atención no es solo la intervención personal del presidente, sino la celeridad con que se tramitó todo el proceso. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) aprobó un rescate por valor de 475 millones de euros para Air Europa en menos de un mes desde la solicitud formal, un plazo récord si se compara con otros expedientes similares, que suelen demorarse hasta un año.
Los técnicos de SEPI llegaron a proponer rebajar ese rescate a 440 millones tras detectar que los Hidalgo habían repartido 35 millones en dividendos poco antes del estallido de la pandemia. Sin embargo, esa recomendación fue ignorada: finalmente se concedió el importe íntegro, lo que ha levantado sospechas sobre presiones políticas desde Moncloa y sobre el verdadero papel jugado por Begoña Gómez y otros intermediarios próximos al poder.
WhatsApps, reuniones secretas y “conocidos” influyentes
La cuarta entrega de mensajes filtrados entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos muestra cómo el presidente reenvía a su ministro textos recibidos “de un conocido con experiencia en el sector aeronáutico”. En ellos se ofrecen recomendaciones muy precisas sobre cómo gestionar la crisis de Air Europa: ni dejarla en manos exclusivas de los Hidalgo ni regalarla a IAG; pero tampoco permitir su desaparición o quiebra. Es decir, mantenerla viva bajo control español y con dinero público.
Este “conocido” critica abiertamente la gestión empresarial de Javier Hidalgo —aludiendo al patriarca debilitado— y recomienda no dejar todo en manos privadas extranjeras. El intercambio revela hasta qué punto las decisiones políticas clave estuvieron marcadas por opiniones personales y contactos informales más allá del procedimiento administrativo habitual.
La sombra judicial: Begoña Gómez y las pesquisas abiertas
El caso ha adquirido tintes aún más oscuros tras conocerse que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investiga formalmente la llamada entre Javier Hidalgo y Begoña Gómez como posible elemento clave para desbloquear el rescate. El juez Juan Carlos Peinado considera que existen “indicios delictivos” tanto en esa intermediación como en otras gestiones relacionadas con Globalia y el entorno presidencial.
Por si fuera poco, parte del dinero público recibido por Air Europa ha quedado bajo sospecha tras revelarse pagos —40.000 euros anuales— al Africa Center dirigido por Begoña Gómez justo antes del rescate. Esto ha abierto dos frentes judiciales inéditos para la esposa del presidente: uno centrado en su papel como “conseguidora” ante organismos públicos; otro vinculado a sus relaciones contractuales con empresas beneficiadas.
La Fiscalía Anticorrupción intenta frenar nuevas investigaciones, argumentando que ya se cerró una vía similar meses atrás; sin embargo, tanto el juez como la UCO insisten en seguir adelante ante las nuevas pruebas aparecidas.
José Luis Ábalos: entre estancias pagadas y presión política
El entonces ministro José Luis Ábalos tampoco sale bien parado. Según los informes policiales, durante las fechas críticas del rescate disfrutó gratuitamente —presuntamente gracias a los Hidalgo— de una lujosa estancia vacacional valorada en casi 10.000 euros. Además, los mensajes muestran su implicación directa en todas las negociaciones relevantes tanto con IAG/Iberia como con Globalia.
En las últimas horas ha trascendido cómo Ábalos redobla ahora su presión pública sobre Sánchez utilizando precisamente esos mensajes privados como baza política para defenderse e intentar evitar ser convertido en cabeza de turco por sus antiguos compañeros socialistas.
El contexto político: mociones, presiones y batalla parlamentaria
Este escándalo llega justo cuando Ciudadanos intenta resurgir impulsando una moción de censura simbólica en Castilla y León contra Alfonso Fernández Mañueco (PP), aprovechando para exigir explicaciones sobre los rescates exprés aprobados por el PSOE desde Moncloa. El Partido Popular aprovecha cualquier ocasión parlamentaria para exigir responsabilidades a Pedro Sánchez por lo que consideran “un caso flagrante de amiguismo y corrupción institucionalizada”.
Mientras tanto, desde Ferraz siguen defendiendo la legalidad del proceso (“fue perfectamente legal”, repite María Jesús Montero), aunque cada vez les cuesta más explicar por qué este expediente fue tan rápido comparado con otros similares o por qué participaron personas ajenas al procedimiento ordinario.
Consecuencias imprevisibles: economía nacional e imagen internacional
El caso Air Europa no solo sacude los cimientos políticos españoles. La operación acabó frustrando —al menos temporalmente— la compra definitiva por parte del grupo IAG/Iberia. Esto ha dejado abierta una puja internacional donde participan gigantes europeos como Lufthansa o Air France-KLM junto a Turkish Airlines. La propia devolución futura del rescate queda ahora comprometida mientras Bruselas sigue mirando con lupa cada euro público movilizado.
En paralelo, crecen las dudas sobre hasta qué punto puede resistir Pedro Sánchez este nuevo vendaval mediático-judicial sin pagar un alto precio político… o si optará por otra retirada temporal —como aquellos cinco días “de reflexión” tras publicarse las primeras noticias sobre Begoña Gómez— mientras aguanta hasta ver si escampa.
Curiosidades y datos llamativos
- Las comunicaciones cruciales entre Sánchez y Ábalos se produjeron justo durante una Junta de Accionistas decisiva para IAG donde se valoraba bajar aún más el precio ofrecido por Air Europa.
- Técnicos independientes calcularon que solo el dividendo extraído poco antes del rescate debía haber reducido significativamente el monto final concedido.
- La presión ejercida desde Globalia incluyó contactos simultáneos no solo con miembros del Gobierno sino también con actores relevantes del sector aéreo internacional.
- El nombre “Begoña” aparece ya formalmente citado en dos investigaciones judiciales distintas: corrupción privada e intermediación ilícita.
- A día 14 de mayo de 2025 nadie ha dimitido ni reconocido responsabilidad política alguna… aunque algunos miembros destacados del PSOE ya buscan distanciarse discretamente del caso.
Para quienes siguen preguntándose si este escándalo marcará un antes y un después en nuestra política nacional —o si será otro episodio más archivado bajo “cosas veredes”— hay algo seguro: todavía quedan muchos vuelos (y turbulencias) antes del aterrizaje definitivo.