El presentador de ‘Más de uno’, Carlos Alsina, ha reflexionado en su monólogo sobre el esperpento del Gobierno Sánchez con un contrato de compra de 15 millones de balas fabricadas por Israel y por un valor de seis millones de euros que ha generado la enésima crisis en el Ejecutivo.
El periodista se ha burlado del Gobierno de coalición por este nuevo ridículo:
“Hoy están permitidos los juegos de palabras, porque ¿qué puede dar más juego —valga la repetición— que el hecho de que la enésima crisis de un gobierno-pareja-de-hecho tenga como detonante un contrato de abastecimiento de balas? Venga, balas sobrevolando la Moncloa. La balacera gubernativa. Un gobierno a tiros. El último en salir, que recoja los casquillos. En rigor, donde están silbando las balas no es tanto sobre la cabeza de Sánchez como sobre la cabeza de Yolanda Díaz, otra vez”.
Ante las amenazas de Izquierda Unida y del resto del bloque de Sumar, considera que no van a romper, porque le tienen más aprecio a los cargos que ocupan que a sus principios. “El Gobierno de coalición no va a dejar de serlo. Seguirá siendo de PSOE y Sumar”, afirma.
En cuanto a la contradicción de comprar armas a un país al que denominan genocida por parte de los socialistas —y que por el lado de Yolanda Díaz se enteren por la prensa—, es contundente: “El PSOE queda como incoherente y Sumar queda como irrelevante”.
El esperpento
Alsina detalla que el contrato con una empresa israelí llevaba “medio muerto” seis meses, hasta que ha sido ‘resucitado’ por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al aprobarlo en Semana Santa. Por supuesto, el asunto fue tratado sin dar mucha publicidad porque sabían que desataría la polémica, ya que en octubre afirmaron que no iban a comprar armamento al gobierno de Netanyahu. Sin embargo, el contrato fue adjudicado ese mes, más de un año después de los atentados de Hamás y del comienzo de los ataques de Israel en Gaza.
El Ejecutivo ha afirmado que lo anulará solo porque la prensa lo ha informado. Aunque la ministra Alegría ha alegado que anular el contrato implica pagar lo comprometido sin recibir las balas, que posteriormente deberán ser adquiridas a otro proveedor.
En medio del revuelo, distintos actores del conglomerado que es Sumar criticaron el contrato y amenazaron con romper con el Gobierno. Una amenaza que Alsina vacía: “El Gobierno de coalición no va a dejar de serlo. Seguirá siendo de PSOE y Sumar”.