Rosa María Sardá ha fallecido este 11 de junio de 2020 a causa de un cáncer que le fue diagnosticado hace seis años. La noticia de la muerte de la actriz, presentadora y hermana del también presentador de televisión, Xavier Sardá, ha conmovido al mundo de la cultura y política. Desde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hasta el actor Antonio Banderas han expresado sus condolencias en redes sociales.
Nada más conocerse la noticia, Antonio García Ferreras ha pronunciado unas emotivas palabras en directo en ‘Al Rojo Vivo’: «Era un huracán, era tremenda, era toda una fuerza. Nos apreciaba y nos quería y como la queríamos, estábamos con ella hace tan solo dos años, después del atentado de Las Ramblas, de sus Ramblas, en su Barcelona».
En este mismo programa, el escritor Miquel Giménez no ha podido contener la emoción y ha recordado a la actriz, a la que conocía desde hace décadas. «Estamos destrozados», ha confesado el periodista. «Más allá de la gran actriz que era, de la gran persona que era, se nos ha ido un matiz importantísimo de la vida catalana y española«, ha lamentado.
«Siento como si se me hubiera ido una hermana»
«Se nos ha ido una mujer que fue capaz de rechazar la Cruz de San Jorge cuando gobernaron los separatistas», ha recordado Giménez. La Creu de Sant Jordi o la Cruz de San Jorge es una distinción anual que concede la Generalidad de Cataluña a personas y entidades sociales que por méritos, hayan prestado servicios destacados a Cataluña. Se trata de una de las máximas distinciones que otorga la Generalidad de Cataluña. En el año 2017, Rosa María Sardá se presentó personalmente en la Generalidad de Cataluña para devolver la Cruz de San Jorge otorgada en 1994 «porque me la dio un corrupto», confesó la actriz haciendo referencia a Jordi Pujol.
Durante la entrevista, Giménez ha confesado que a él le ganó «y, si ya estaba enamorado de la Sardà, aquel día me acabó de enamorar y los años hicieron que cada vez la quisiera más y más», ha recordado el periodista. «Siento como si se me hubiera ido una hermana», ha reconocido.
«Rosa María Sardà era una gran humorista porque era una gran trágica. Es mucho más difícil hacer reír que hacer llorar, y eso solo lo pueden hacer las grandes artistas», ha concluido.