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El cachondeo en redes sociales es antológico: “¡Feliz CHOCHO M, camaradas feministas!»
Eso y desafíos festivos del tipo: “¡A ver quién se atreve a llevar la pancarta este año y no por lo que llueve sino por el sonrojo que debe producir intentar tapar las guarrerías de Monedero, Errejón y compadres!”
Este 8 de marzo de 2025, las calles de Madrid se han teñido de morado, pero con menos ruido del habitual.
Paradojas del destino, por puro accidente y porque se nadie reparó al convocarla en lo que había al final, la marcha de Comisión 8M -con el PSOE como protagonista- terminó en un lugar simbólico: Plaza de España, justo frente al edificio Torre de Madrid, donde el ministro Ábalos -ex secretario de Organización del partido- pagaba con dinero público un piso de lujo a Jésica Rodríguez, su amante elegida de un catálogo de escorts.
Importante reseñar la abundancia de ministros de Sánchez en la manifestación y la escasa afluencia de público.
Un total de ocho ministros en la convocada por la Comisión 8M: Ana Redondo, Óscar López, Isabel Rodríguez, Sara Aagesen, Diana Morant, Fernando Grande-Marlaska, Yolanda Díaz y Sira Rego.
Aunque diario como ‘El País’ y los medios de la ‘Brunete Pedrete’ mediática hacen que no se enteran, este 8M ha estado opacado por los escándalos de abusos sexuales y corruptelas de líderes progresistas.
El silencio de los suyos pesa en esta ocasión más que los gritos contra Trump, Abascal y la ultraderecha.
La división sigue desde 2022, cuando la ley trans y el debate sobre la prostitución partieron al feminismo.
La primera marcha, convocada por la Comisión 8M, arrancaba a las 12:00 desde Atocha.
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«Feministas antirracistas, ¡a las calles!».
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«Nos va la vida en ello».
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«Que viva la lucha de las mujeres».
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Además, se hicieron eco de palabras clave del manifiesto como «seguridad», «libertad», «vida», «justicia» y «memoria».
Batucadas, banderas palestinas y cánticos contra Trump y Abascal, pero de las putas del Tito Berni, los polvosa cuenta del contribuyente y con escort de calendario de Ábalos, los manoseos de Errejón y el baboseo de Monedero, nada de nada.
Y como no podía ser de otra manera, ni falta, hubo agresión a periodistas no adictos al régimen.
Cake Minuesa, infatigable reportero, fue agredido mientras cubría la manifestación en Madrid.
Dos individuos, descritos como «violentos ‘feministas‘», atacaron directamente a Cake y a su cámara sin mediar palabra.
El periodista tuvo que defenderse con un paraguas con los colores de la bandera de España, antes de que acudiera la Policía Nacional a interponerse.
https://twitter.com/cakealatake/status/1898343095046992133
EL RECORRIDO CLÁSICO CON FINAL FELIZ
El recorrido fue clásico: subida por el Paseo del Prado, pasar por Cibeles, seguir por Alcalá y bajar por Gran Vía hasta Plaza de España.
Ahí, sobre las 14:30, bajo la terraza donde Jésica compartió fotos en redes sociales y a las que se asomaba Ábalos para fumar un cigarro tras echar sus polvos, leyeron un manifiesto bajo el lema “Feministas antirracistas, ¡a las calles!”.
Según las organizadoras iban a asistir 50.000 personas y no han llegado a 5.000.
El PSOE capitaliza el ‘guateque’ como partido, aunque la ministra Ana Redondo hizo doblete y salió también en la otra.
La segunda marcha, del Movimiento Feminista de Madrid, a las 18:00 del sábado en Cibeles.
Más corta que la del PSOE y muy podemita: cruza Alcalá, baja por Gran Vía y termina también en Plaza de España.
Su lema, “Mujeres en lucha contra el machismo global”, busca abolir la prostitución -lo que debe de haber causado un enorme disgusto a los liberados sindicales de CCOO y UGT y a los prebostes del PSOE- y la violencia machista.
Esperaban unas 10.000 personas y se quedarán en cuadro.
Hoy, ambas marchas coinciden en el, pero no en el espíritu.
Alfonso Rojo, en Periodista Digital, lo resume con mordacidad: “Da el clavo Ayuso cuando comenta sarcástica que estamos ante el 8M más discreto de la historia”.
Y no le falta razón.
Otros años, el jaleo progre era ensordecedor, pero este 2025 el silencio de los progres es ensordecedor. “Anda el rojerío de perfil”, dice Rojo, y es que los escándalos pesan.
Ábalos, exmano derecha de Sánchez, pagaba a Jésica 2.700 euros al mes por el piso, la enchufaba en empresas públicas y la llevaba de adorno en viajes oficiales a 1.500 euros el día.
Rojo lo clava: “No creo que en la cartelería veamos fotos del ministro Torres, a quien Aldama facilitaba pisos con ‘señoritas’”.
El mutismo se extiende a Podemos.
La Fiscalía de Vigo ha enviado a Madrid una denuncia de Xuntos contra Irene Montero, Ione Belarra y Ángela Rodríguez Pam por encubrir a Monedero en casos de acoso sexual.
A Errejón también lo salpican acusaciones similares.
“Tengo curiosidad por saber cuántos lemas estarán inspirados en Errejón y Monedero”, ironiza Rojo. Spoiler: ninguno.
Datos con guasa
Tienen estos progres más trapos sucios que una lavandería y motivos para esconderse:
- José Luis Ábalos, el rey del catálogo: El exministro y exnúmero dos del PSOE se llevaba el premio al romanticismo cutre. Escogía a Jésica Rodríguez de un catálogo de escorts que le pasaba Koldo García, su asesor. Le puso un pisazo en Plaza de España por 2.700 euros al mes, pagados con dinero público, y la enchufó en Ineco y Tragsatec por 1.200 euros mensuales sin que diera palo al agua. En viajes oficiales, 1.500 euros al día por “acompañarlo”. ¡Un caballero con la cartera de todos!
- Tito Berni, el díptero del vicio: Juan Bernardo Fuentes Curbelo, exdiputado del PSOE, montaba fiestazas con empresarios en Canarias. Prostitutas, cocaína y mordidas por favores políticos. Lo pillaron en 2023, y su apodo, Tito Berni, suena más a proxeneta que a parlamentario. Dicen que era tan discreto que hasta los vecinos oían los gemidos.
- Juan Carlos Monedero, el profesor “manos largas”: Cofundador de Podemos, este ‘baboso’ como lo etiquetaban sus alumnas dejó las clases en la Complutense tras una denuncia de una alumna por acoso sexual. Compañeras del partido también lo señalan: en una fiesta lo vieron “baboseando” a una chica y llamándola a las 3 de la mañana. Él lo niega, pero su salida del partido huele a chamusquina.
- Pablo Iglesias, el azotador frustrado: El exlíder de Podemos se marcó un mensaje en 2014 que aún resuena: “La azotaría hasta que sangrase”, dijo de Mariló Montero en un chat con Monedero. Luego se excusó con lo de “marxista perverso”. Entre eso y las infidelidades que Lola Sánchez le vio “con estos ojitos” en un cierre de campaña, el feminismo de púlpito se le tambalea.
- Íñigo Errejón, el galán tóxico: Exestrella de Sumar y Más Madrid y cara de carteles feministas del 8M, dimitió en 2024 tras denuncias de agresión sexual. La actriz Elisa Mouliaá lo acusó formalmente, y otras cuatro mujeres hablaron de sobeteos y abusos. “Somos trofeos para ellos”, dijo ella. Lo sabían en Podemos y Sumar desde 2023, pero lo taparon hasta que explotó. Un crack del feminismo….
- Casiano Antonio Hernández, el concejal “tocón”: Este edil de Unidas Podemos en Becerril de la Sierra cayó en 2020 por abusos sexuales a una menor. Lo detuvieron, lo soltaron con cargos y una orden de alejamiento, y dimitió al día siguiente. No llegó a las grandes ligas, pero dejó su marca en el historial morado.
- Pedro Palacio, el pasado oscuro: Exprocurador de Podemos en Castilla y León, salió en 2015 cuando se supo que en 2002 abusó de una niña de cinco años siendo menor. Evitó la cárcel por su edad entonces, pero el partido lo echó cuando el secreto salió a la luz. Un fichaje estelar.
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