Más información
Irene Montero y Pablo Iglesias profesan un odio sarraceno hacia Yolanda Díaz.
Sentimiento que explica mejor que la nada la brecha política entre Podemos y Sumar.
Todo parece originarse en la decisión de Iglesias de designar a Díaz como su sucesora en 2021, una elección que Montero ha calificado como «el mayor error político» de Podemos,.
Lo revela con pelos y señales en su libro Algo habremos hecho.
Para Montero, esta designación no solo fue una traición a su propio liderazgo natural dentro del partido, sino también un intento fallido de ampliar el espacio electoral que terminó fortaleciendo a Díaz a costa de debilitar a Podemos.
La exministra de Igualdad de Sánchez acusa a Díaz de haber utilizado su posición para arrinconar a la formación morada, aliándose con el PSOE para medrar personalmente y traicionando los principios que inicialmente compartían, lo que ha alimentado una animadversión personal y política evidente en sus declaraciones y escritos.
Pablo Iglesias ha ajustado cuentas con Díaz en su libro Enemigos íntimos, donde la critica duramente por lo que considera una transformación personal negativa tras alcanzar la fama.
Iglesias sostiene que Díaz cambió su forma de actuar, adoptando una «personalidad forzada» y mostrando «mezquindad» hacia Podemos, especialmente hacia Montero, a quien excluyó de actos clave como el de Valencia en 2021.
Esta exclusión, junto con la percepción de que Díaz buscó destruir a Podemos para consolidar su propio proyecto, Sumar, ha generado en Iglesias un rechazo visceral.
Lo que comenzó como una relación de confianza y camaradería se ha convertido en una enemistad marcada por reproches públicos, como cuando Iglesias la acusó de «miserable y cobarde» por no defender a Montero con motivo de la desastrosa e insensata de la ley del «solo sí es sí«, evidenciando un odio que trasciende lo político y se adentra en lo personal.
En cuanto a la irrelevancia de Yolanda Díaz, esta se ha hecho patente tras el declive de Sumar y su pérdida de influencia en el panorama político español.
A pesar de haber sido vista como una figura prometedora capaz de renovar la izquierda, su liderazgo ha sido cuestionado tras los pobres resultados electorales de Sumar, especialmente en las elecciones europeas de 2024, donde Podemos logró equilibrar fuerzas con ella.
Iglesias predice en su libro un final político cercano para Díaz, sugiriendo que, aunque logró algunos éxitos en el Ministerio de Trabajo, su incapacidad para mantener un proyecto cohesionado y su dependencia de una imagen pública que no se traduce en políticas efectivas la han relegado a un papel secundario, cada vez menos relevante en una izquierda fragmentada y dominada por otras figuras y dinámicas.
LA CANDIDATA MUJER POR LAS PELOTAS DE ÉL
En el siempre turbulento panorama político español, Podemos ha decidido dar un golpe sobre la mesa al anunciar a Irene Montero como su candidata para las próximas elecciones generales.
La noticia fue confirmada este domingo durante un acto en Madrid bajo el lema Por la paz y contra el régimen de guerra. Ione Belarra, secretaria general del partido, destacó que Montero es la figura adecuada para liderar una candidatura que no solo sea de Podemos, sino que integre a otros sectores de la izquierda y de la sociedad civil.
El movimiento llega en un momento crítico para la formación morada, que busca revitalizarse tras varios años de desgaste electoral y conflictos internos. Montero, exministra de Igualdad y actual eurodiputada, asume este reto con un discurso que apuesta por una «izquierda fuerte» y comprometida con valores como la paz y los derechos sociales.
Sin embargo, esta decisión no está exenta de controversia. Para muchos, Montero representa tanto los éxitos como los fracasos del partido en los últimos años. Por otro lado, el anuncio se interpreta como una maniobra directa para eclipsar a Yolanda Díaz, líder de Sumar, con quien Podemos mantiene una tensa relación tras su ruptura electoral.
La lucha interna en la izquierda: Montero vs. Díaz
La designación de Irene Montero también intensifica la batalla dentro del espacio político de la izquierda alternativa. Tras las elecciones generales de 2023, donde Sumar liderado por Yolanda Díaz se consolidó como el principal actor progresista más allá del PSOE, Podemos quedó relegado a un papel secundario. La negativa de Sumar a incluir a Montero en sus listas electorales fue vista como una afrenta directa por parte del partido morado.
Desde entonces, las relaciones entre ambas formaciones han sido tensas. Mientras Díaz apuesta por una izquierda más institucional y conciliadora, Podemos busca recuperar su esencia combativa mediante discursos más polarizados y apelando a su base tradicional. Con Montero como candidata, parece claro que el partido quiere marcar distancias y reivindicar su autonomía frente a Sumar.
Las sombras del pasado: polémicas y contradicciones
La figura de Irene Montero no es ajena a las polémicas. Durante su etapa como ministra de Igualdad, fue una defensora clave de leyes como la conocida Ley del Solo Sí es Sí, que aunque perseguía un objetivo loable —la protección de las víctimas de violencia sexual— terminó generando una enorme controversia debido a errores legales que facilitaron la reducción de penas e incluso la excarcelación anticipada de agresores sexuales. Este episodio erosionó significativamente su popularidad y la del partido.
Además, tanto Montero como su pareja y fundador de Podemos, Pablo Iglesias, han protagonizado episodios cargados de contradicciones. Iglesias pasó de criticar los privilegios económicos a adquirir un chalé en Galapagar valorado en más de 600.000 euros; algo que sus detractores no han dejado de recordar. Por su parte, Montero ha sido objeto de críticas por promover discursos moralmente elevados mientras enfrentaba problemas internos en su ministerio relacionados con el personal y la gestión presupuestaria.
¿Una estrategia arriesgada o desesperada?
El lanzamiento oficial de Montero como candidata puede interpretarse desde dos perspectivas. Por un lado, muestra un intento claro por parte de Podemos de volver a posicionarse como el referente principal de la izquierda transformadora. Por otro lado, algunos analistas lo ven como un movimiento desesperado ante la pérdida paulatina de relevancia electoral frente a Sumar y el PSOE.
Belarra describió a Montero como una «mujer pacifista y valiente», capaz de liderar un proyecto político que recupere la esperanza ciudadana frente al actual contexto político marcado por el incremento del gasto militar y las tensiones internacionales. Sin embargo, esta narrativa podría no ser suficiente para contrarrestar los efectos negativos acumulados por los errores del pasado reciente.
Yolanda Díaz: ¿la rival irrelevante o una amenaza real?
El anuncio también tiene implicaciones directas para Yolanda Díaz, cuya estrategia se centra en consolidar alianzas amplias dentro del espectro progresista. La vicepresidenta segunda ha optado por ignorar provocaciones desde Podemos y aboga por la unidad electoral; sin embargo, esta postura podría debilitarse si los morados logran movilizar nuevamente a su electorado desencantado.
Montero tiene ahora el desafío titánico no solo de convencer al electorado tradicionalmente afín a Podemos, sino también atraer votos desde sectores desencantados con Sumar y con el Gobierno socialista liderado por Pedro Sánchez. Pero lograrlo requerirá algo más que discursos sobre paz y justicia social: necesitará demostrar que su liderazgo puede superar las divisiones internas y proyectar una imagen renovada ante el electorado general.
Curiosidades sobre Irene Montero y Pablo Iglesias:
- En 2024, Iglesias abrió una taberna en Madrid que terminó siendo un fracaso estrepitoso al cabo de un año debido a problemas higiénicos graves.
- La pareja fue objeto recurrente de memes tras viralizarse fotos con camisetas irónicas mientras vacacionaban en destinos exclusivos tras dejar sus cargos políticos.
Más en Política
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE