CONTROVERSIA POR UNA JUERGA EN PLENA PANDEMIA

Cuando Ábalos se llevó una furgoneta cargada de ‘señoritas’ al parador de Teruel: orgía, destrozos y silencio

El extitular de Transportes protagonizó una polémica fiesta en 2020 que acabó con denuncias por destrozos en un parador y rumores de complicidad política

Cuando Ábalos se llevó una furgoneta cargada de 'señoritas' al parador de Teruel: orgía, destrozos y silencio

La ‘liebre‘ saltó ya a finales de 2021.

Fue entonces cuando en Periodista Digital publicamos una nota titulada «Fiestas sórdidas y un delicado vídeo en un Parador».

El señalado fue el exministro de Transportes y hombre fortísimo del PSOE y de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos.

La exclusiva la daba por Ketty Garat en The Objective y la respuesta de quien fue miembro todopoderoso del Gobierno Sánchez y número dos del PSOE fue amenazar con querellas a granel.

En septiembre de 2020, en plena pandemia de COVID-19 y con severas restricciones sociales, Ábalos, entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, protagonizó un torrido y vergonzoso episodio durante una visita oficial a Teruel.

Lo que debía ser un acto institucional relacionado con obras ferroviarias terminó convirtiéndose, según varios testimonios y reportajes periodísticos, en una noche de excesos dentro del Parador Nacional de la ciudad. La situación ha resurgido con fuerza en la actualidad, gracias a nuevas declaraciones y pruebas reveladas recientemente.

De acuerdo con trabajadores del establecimiento, Ábalos llegó acompañado por Koldo García Izaguirre —un estrecho colaborador suyo— y el hermano de este último, Joseba García. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la presencia de un grupo de mujeres que viajaban en una furgoneta junto a la comitiva. Estas acompañantes fueron descritas por los empleados como «novias que no son novias», un eufemismo utilizado para insinuar que podrían tratarse de trabajadoras sexuales.

Los empleados detallaron cómo la suite principal del parador quedó completamente destrozada tras la fiesta nocturna. «Las limpiadoras bajaban diciendo: Es mejor que no preguntéis«, comentó uno de los trabajadores. Las condiciones en las que se encontró la habitación reflejaban un nivel de daños nada habitual, lo que generó incomodidad entre el personal y preocupación entre los responsables del establecimiento sobre cómo proceder.

La reacción política y mediática: ¿mirada hacia otro lado?

El escándalo ha generado un debate sobre la aparente falta de consecuencias políticas para Ábalos tras estos hechos. Aunque el exministro ha negado categóricamente las acusaciones, señalando que nunca celebró una fiesta ni dejó destrozada ninguna habitación, informes independientes contradicen estas afirmaciones. Un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil confirma tanto su estancia como la de sus acompañantes en el parador aquella noche.

Además, se han conocido detalles comprometedores sobre Koldo García Izaguirre, cuyas agendas incluían contactos con trabajadoras sexuales brasileñas. Aunque Ábalos aseguró previamente que algunos gastos relacionados con estos viajes no provinieron de fondos públicos, estas aclaraciones han hecho poco para disipar las críticas hacia su gestión y comportamiento personal durante su etapa como ministro.

Por otra parte, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno durante ese periodo, ha sido señalado por «hacer la vista gorda» ante este tipo de incidentes. Para muchos críticos, este silencio o inacción evidencia una falta de voluntad para atajar comportamientos poco éticos dentro del seno del Ejecutivo.

El perfil del protagonista: luces y sombras de José Luis Ábalos

Ábalos llegó al Ministerio de Transportes en 2018 como una figura clave dentro del PSOE y hombre fuerte del Gobierno Sánchez. Durante su gestión, desempeñó un papel destacado en proyectos estratégicos relacionados con infraestructuras y movilidad sostenible. Sin embargo, su carrera política se vio empañada por varios episodios controvertidos más allá del caso del parador turolense. Entre ellos destaca su encuentro con Delcy Rodríguez —vicepresidenta venezolana— en pleno aeropuerto de Barajas pese a las sanciones europeas contra miembros del régimen chavista. Este tipo de incidentes erosionaron su imagen pública progresivamente hasta su salida del Gobierno en 2021.

Curiosidades sobre el caso:

  • El término «novias que no son novias» se convirtió en una expresión recurrente entre los trabajadores del Parador Nacional para referirse a las acompañantes femeninas durante esta polémica visita.
  • Según fuentes internas, la normativa entonces vigente permitía registrar solo a un huésped por habitación sin especificar cuántas personas más podían acceder a ella, lo cual facilitó el acceso sin controles estrictos al grupo completo.
  • A pesar del daño material causado al establecimiento, no consta públicamente que se haya realizado ningún pago compensatorio significativo por parte del exministro o su equipo.

Pruebas acumuladas: ¿un cerco judicial o político?

En los últimos días han salido a la luz testimonios adicionales provenientes directamente de empleados del parador y registros oficiales que refuerzan las acusaciones contra Ábalos. Según estos informes:

  • El estado físico de la suite principal tras la fiesta fue descrito como «alarmante».
  • Existen pruebas documentales sobre los movimientos logísticos relacionados con esta visita oficial reconvertida en un evento privado bochornoso.
  • El informe UCO incluye menciones explícitas al incremento patrimonial injustificado de Koldo García Izaguirre durante esta etapa como colaborador cercano al exministro.

Todo ello deja abierta la posibilidad de nuevas investigaciones tanto judiciales como parlamentarias para esclarecer responsabilidades individuales y colectivas dentro del contexto político vigente en aquel momento.

El caso Ábalos no solo refleja un comportamiento cuestionable desde el punto de vista ético sino también una aparente falta generalizada de mecanismos internos dentro del Gobierno para prevenir o sancionar este tipo situaciones antes incluso de alcanzar relevancia mediática o judicial.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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