El Consejo de Ministros ha aprobado este martes una transferencia de crédito de 2.084 millones de euros destinada al Ministerio de Defensa, específicamente para la «modernización, mantenimiento y mejora» del arsenal militar español. La decisión, que ha suscitado sorpresa y críticas entre las bases más progresistas del Ejecutivo, pone a prueba la coherencia ideológica de Sumar, liderado por Yolanda Díaz, en su papel como socio minoritario del Gobierno.
La formación ha intentado justificar esta medida alegando que se trata de un «compromiso antiguo» adquirido por el Estado español en el marco de sus responsabilidades internacionales. Sin embargo, esta explicación no ha logrado acallar las críticas provenientes tanto de sus propias filas como de colectivos antimilitaristas que ven en esta aprobación un claro retroceso en los principios pacifistas que Sumar había defendido durante la campaña electoral.
¿Por qué ahora?
La decisión del Gobierno llega en un momento especialmente sensible para la política nacional e internacional. España, con un gasto militar del 1,28% del PIB en 2024, sigue estando muy lejos del objetivo del 2% acordado con la OTAN hace más de una década. Este nuevo desembolso forma parte del plan estratégico para cumplir con dicho compromiso antes de 2029, como reiteró recientemente el presidente Pedro Sánchez tras las presiones internacionales.
Mark Rutte, secretario general de la OTAN, fue especialmente contundente al señalar que «el 2% ya no es suficiente» y que los países miembros deberán aumentar significativamente sus aportaciones si quieren mantener su capacidad defensiva frente a amenazas externas. De hecho, Rutte no dudó en ironizar afirmando que «si no se invierte más en defensa, habrá que empezar a tomar cursos de ruso».
Sumar y el dilema interno: ¿realismo o traición ideológica?
La postura adoptada por Sumar ha generado una tormenta interna dentro de la coalición. Desde sectores afines al partido se critica lo que consideran una aceptación sin resistencia de una política contraria a sus valores fundacionales. La propia Yolanda Díaz, quien durante años ha abogado por priorizar políticas sociales sobre el gasto militar, se encuentra ahora atrapada entre dos fuegos: por un lado, la necesidad de mantener la estabilidad gubernamental; por otro, el riesgo evidente de alienar a su electorado.
Un sector significativo de los votantes progresistas esperaba una oposición frontal a medidas como esta. Sin embargo, fuentes cercanas a Sumar justifican su actitud señalando que no apoyar la iniciativa habría puesto en peligro el acuerdo presupuestario global para 2025.
Las cifras detrás del gasto
El incremento presupuestario no es aislado. En los últimos años, España ha experimentado un aumento sustancial en sus partidas destinadas a defensa:
- En 2023, el gasto militar creció un 26% respecto al año anterior.
- Para 2025, se proyecta alcanzar los 21.198 millones, equivalentes al 1,32% del PIB.
- El objetivo es llegar a los 36.560 millones (2% del PIB) para 2029.
Además, el Ministerio de Defensa tiene previsto firmar contratos este año por más de 4.200 millones, incluyendo partidas significativas para drones y proyectiles.
Las reacciones internacionales y nacionales
Desde Bruselas y Washington se observa con buenos ojos este «esfuerzo adicional» por parte del Ejecutivo español. Sin embargo, cabe recordar que España sigue siendo uno de los países con menor proporción relativa de gasto militar dentro de la OTAN, lo que ha llevado a críticas recurrentes desde otros Estados miembros.
En el ámbito nacional, las reacciones han sido variadas. Mientras el PSOE defiende esta decisión como un paso necesario para garantizar la seguridad nacional y cumplir con compromisos internacionales, Unidas Podemos –socio clave hasta hace poco– no ha tardado en manifestar su rechazo categórico a lo que consideran «un derroche injustificable».
¿Un cambio estructural o una medida puntual?
La pregunta que muchos analistas se hacen es si este aumento refleja un cambio estructural en las prioridades del Gobierno o si simplemente responde a presiones externas coyunturales. Lo cierto es que el contexto geopolítico actual juega un papel determinante: desde la guerra en Ucrania hasta las tensiones crecientes con Rusia y China.
Por otro lado, también hay factores internos clave. El propio Pedro Sánchez ha vinculado este aumento al reciente incremento salarial aprobado para las Fuerzas Armadas (200 euros mensuales lineales), medida criticada por algunos sectores pero vista como necesaria para mejorar las condiciones laborales dentro del Ejército.
Curiosidades y apuntes finales
- España ocupa actualmente el último puesto entre los países OTAN en proporción de gasto militar respecto al PIB.
- En contraste, Polonia destina un impresionante 3,9% de su PIB a defensa.
- La aprobación del gasto militar sin pasar por el Congreso no es nueva: ya se han utilizado mecanismos similares en otras ocasiones recientes.
Mientras tanto, queda por ver cómo esta decisión afectará al delicado equilibrio político dentro del Gobierno y si Yolanda Díaz logrará convencer tanto a sus socios como a su base electoral de la necesidad –o inevitabilidad– de aceptar estas medidas.