Cayetana Álvarez de Toledo es el rayo que no cesa.
Seguro que genera pesadillas al socialista Félix Bolaños.
El ambiente político en España ha vuelto a caldearse y, esta vez, el epicentro del terremoto es otra vez La Moncloa.
El ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes ha sido blanco de una de las críticas más feroces que se recuerdan en el Congreso en los últimos meses.
Álvarez de Toledo, portavoz adjunta del Partido Popular, ha exigido este 16 de abril de 2025 su dimisión con una contundencia poco habitual incluso para los fogueados estándares del debate parlamentario español:
“Está siendo una calamidad ministerial incluso para los intereses de Pedro Sánchez”.
La diputada popular no se ha andado con rodeos: la petición de dimisión llega tras la comparecencia de Bolaños como testigo ante el juez Juan Carlos Peinado, instructor del conocido como “caso Begoña”, que investiga cinco delitos vinculados a la esposa del presidente del Gobierno.
La declaración tuvo lugar en el propio despacho ministerial en el Palacio de la Moncloa, lo que añade una imagen insólita a la historia reciente del Ejecutivo socialista.
La batalla política por la ética pública está lejos de cerrarse.
Y si algo queda claro es que Cayetana Álvarez de Toledo no piensa bajar el tono ni rebajar sus exigencias… ni siquiera cuando arremete contra sus rivales con fina ironía o referencias literarias.
LA MALA MEMORIA DE BOLAÑOS
Todo lo anterior, justo después de que el socialista Bolaños ‘perdiera la memoria‘.
«¡Tengo a un regimiento a mi cargo!», soltó el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, con un guiño al juez Juan Carlos Peinado, para excusar su pequeño lapsus sobre cómo fichó a Cristina Álvarez, la asesora que, ¡oops!, acabó echando una mano a Begoña Gómez en sus asuntillos privados.
Este miércoles, Bolaños, en plan testigo estelar, dedicó tres horitas en un despacho de La Moncloa al caso Begoña.
Peinado, que no se chupa el dedo, lo citó por el misterioso contrato de Álvarez como asesora de la esposa del presidente. Los que estaban ahí juran que Bolaños estaba tenso como cuerda de guitarra y con respuestas más evasivas que un ninja.
«¡Todo legal, oiga!», defendió, pero confesó que en 2018, con el jaleo de formar Gobierno tras la moción de censura, pues como que se le fue la pinza.
Dijo que lidera tres ministerios con un ejército de personal y que Cristina es solo una más en la tropa.
Antecedentes: un cóctel explosivo
La tormenta política no estalla por casualidad. El contexto es clave para entender la virulencia del ataque de Álvarez de Toledo:
- El caso Begoña Gómez sigue erosionando al Gobierno, con investigaciones judiciales sobre posibles tratos de favor y contratos públicos.
- El propio Consejo de Europa ha afeado a España su “pobre implementación” de las recomendaciones anticorrupción: ni una sola de las 19 sugerencias del GRECO habría sido aplicada satisfactoriamente según el último informe publicado justo cuando Bolaños era interrogado.
- Las acusaciones no solo afectan al núcleo duro del Ejecutivo, sino que se extienden a un ambiente generalizado de “agencia de colocación” para amigos y familiares, según denuncia la portavoz popular.
Álvarez de Toledo ha hecho memoria y ha recordado cómo Pedro Sánchez exigió la salida inmediata de Mariano Rajoy en 2018 por algo tan simbólico como declarar como testigo en un caso judicial. Según la diputada popular, ahora toca aplicar los mismos criterios éticos: “Si el Gobierno luchase contra la corrupción, Sánchez debería aplicar los mismos estándares y destituir hoy mismo a Félix Bolaños o convocar elecciones”.
Las grandes acusaciones: hazañas antidemocráticas y opacidad
El alegato contra Bolaños tiene varios ejes:
- Ha “devaluado” tres instituciones clave: Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes.
- Se le atribuyen “cuatro grandes hazañas antidemocráticas”: redacción a medida de la ley de amnistía; mantenimiento del fiscal general pese a estar imputado; conversión de la Presidencia del Congreso en correa de transmisión gubernamental; y erigirse en “abogado defensor” de la familia presidencial investigada por corrupción.
- Se acusa al Ejecutivo socialista de practicar una opacidad que es “otra forma de corrupción”, mientras alardea públicamente de transparencia.
En palabras directas y sin rodeos —marca personal de Álvarez de Toledo—, la Moncloa se ha convertido “en una sala de interrogatorios”. La diputada no perdió ocasión para ironizar sobre si Bolaños habría dicho la verdad ante el juez (“esperemos que sí, porque era su obligación como testigo”) o si habría llamado “prevaricador” al magistrado Peinado “como tantas veces ha hecho” en público.
El Gobierno responde: investigación abocada al fracaso
Mientras tanto, desde el Ejecutivo tratan de restar importancia al episodio. El ministro Fernando Grande-Marlaska calificó la investigación judicial como “abocada al fracaso”, argumentando falta de concreción e irregularidades jurídicas. Según el Gobierno, ni siquiera las partes interesadas habían solicitado formalmente la comparecencia como testigo del ministro Bolaños.
Sin embargo, el argumento no parece convencer ni siquiera dentro del propio socialismo, donde algunos reconocen en privado que la sucesión incesante de casos e imágenes incómodas está desgastando seriamente al Ejecutivo.
Un PP en modo ofensiva total
La estrategia popular es clara: devolver con intereses cada movimiento que llevó a Sánchez a La Moncloa. En 2018, la moción contra Rajoy giró en torno a la ética y la ejemplaridad pública; ahora el PP exige idéntica vara de medir. No faltan referencias sarcásticas al uso partidista y familiarista —según sus adversarios— del aparato estatal:
- Empresas públicas convertidas en “agencias para amantes”.
- Contratos adjudicados supuestamente por amistad o afinidad personal.
- Episodios bochornosos, desde fiestas con scorts hasta ausencias notables en comisiones clave.
Como colofón irónico, Cayetana Álvarez de Toledo ha resumido: “No es un milagro, son tus impuestos”.
Curiosidades y datos llamativos
- El informe GRECO que critica duramente la lucha anticorrupción española apareció exactamente el mismo día en que Bolaños declaraba ante el juez.
- Nunca antes un ministro había sido interrogado como testigo por un caso tan cercano al presidente en su propio despacho oficial; toda una novedad institucional.
- La frase más viralizada entre diputados este miércoles fue: “El Estado se ha convertido en una gran agencia de colocación para familiares y amantes”.
- En tono mordaz, Álvarez de Toledo llegó a comparar los argumentos defensivos del Gobierno con los célebres personajes Mortadelo y Filemón: “Si Aldama es Filemón, usted es Mortadelo”.
- El Gobierno insiste en hablar abiertamente ya no solo de lawfare sino incluso —según algunos ministros— de linchamiento mediático y judicial orquestado desde ciertos sectores conservadores.