Al juez Juan Carlos Peinado no le tiembla el pulso.
El instructor del «caso Begoña Gómez»—la investigación sobre la esposa del presidente Sánchez—ha sorprendido esta semana con dos exigencias curiososas: negarse a compartir vehículo con un policía durante su traslado oficial a La Moncloa y exigir una tarima para situarse en posición elevada frente al ministro testigo, Félix Bolaños.
Los procedimientos judiciales tienen su dosis de protocolo y Peinado rlo lleva a rajatabla.
El magistrado dictó un auto la víspera de su desplazamiento desde los juzgados de Plaza de Castilla hasta el complejo presidencial, dejando claro que quería ir acompañado únicamente por el conductor del coche oficial proporcionado por Presidencia del Gobierno, sin presencia policial en el habitáculo.
Según su argumentación, carecía de sentido que “dicho vehículo sea ocupado por una tercera persona cuyo objetivo en el interior del citado vehículo no se alcanza a comprender”.
La medida, que podría entenderse como una cuestión de independencia o incluso de comodidad, ha sido interpretada desde algunos sectores como un gesto de desconfianza hacia la escolta policial proporcionada por Moncloa o como parte de una escenografía calculada en un caso rodeado de alta tensión política.
El episodio más comentado llegó al comenzar la diligencia judicial. La sala dispuesta para tomar declaración al ministro Bolaños tuvo que ser modificada porque Peinado exigió una tarima que le permitiera estar “más alto que el testigo”.
No comenzó hasta que su mesa fue elevada, reclamando así una posición de preeminencia física y simbólica sobre quien comparecía ante él.
La escena, digna de una comedia de enredo político, retrasó cerca de media hora la declaración prevista para las 10:30. Los operarios buscaron una tarima empleada habitualmente para eventos institucionales y la instalaron bajo las indicaciones del propio juez.
El motivo: “No puede ser que yo esté más bajo que el testigo”, sentenció Peinado ante los atónitos asistentes.
No es la primera vez que modifica la disposición del mobiliario; ya en julio pasado había realizado cambios similares durante su interrogatorio frustrado al propio Pedro Sánchez, aunque entonces ambos acabaron sentados a igual altura y Peinado no puso reparos.
El trasfondo: «Caso Begoña Gómez» y Moncloa en el punto de mira
Detrás de estas anécdotas se encuentra un asunto mucho más serio: la investigación sobre el nombramiento en 2018 de Cristina Álvarez como asesora eventual para asistir a Begoña Gómez, esposa del presidente. El juez sospecha presunta malversación por considerar que se pudo utilizar dinero público para fines privados o personales relacionados con la agenda y actividad de Gómez.
La citación como testigo al ministro Félix Bolaños, quien entonces era secretario general de Presidencia, tiene como objetivo aclarar quién propuso y autorizó esa contratación. Bolaños defendió ante el juez que es “normal” que las esposas del presidente cuenten con asistentes designados libremente y aseguró desconocer quién propuso exactamente a Álvarez.
La causa cumple ahora un año y ha ido ampliando su radio de acción: además de Begoña Gómez y Cristina Álvarez, están investigados figuras como el empresario Juan Carlos Barrabés y cargos académicos como el rector Joaquín Goyache. El juez ve indicios no solo de malversación sino también posibles delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Un clima político crispado y acusaciones cruzadas
El desarrollo del caso ha incrementado la tensión entre Gobierno y Poder Judicial. Desde Moncloa califican la instrucción como “instrumentalización política” sin base penal sólida; desde la oposición se insiste en reclamar transparencia e incluso dimisiones—el Partido Popular ha exigido la salida inmediata del ministro Bolaños tras su comparecencia judicial.
El entorno mediático tampoco ha permanecido ajeno. Asociaciones como Hazte Oír han desplegado sus habituales camiones frente a La Moncloa durante la declaración, exhibiendo mensajes críticos hacia el Gobierno y recordando otros escándalos recientes vinculados al PSOE. En paralelo, Vox y Hazte Oír han sido sancionados con multas por declaraciones públicas sobre el proceso—500 euros cada uno—mientras que el abogado de Begoña Gómez fue apercibido con 5.000 euros por revelar detalles a la prensa.
Cronología reciente del caso y exigencias logísticas
- Julio 2024: Peinado intenta interrogar a Pedro Sánchez, quien se acoge a su derecho legal para no declarar sobre asuntos relativos a su cónyuge.
- Abril 2025: Segunda visita judicial a La Moncloa para tomar declaración, esta vez al ministro Bolaños.
- Repetición de exigencias logísticas: coche oficial exclusivo (sin policía), cambios en disposición mobiliaria, acceso preferente al complejo presidencial.
En ambas ocasiones, el magistrado ha mostrado preocupación por su seguridad al entrar en Moncloa e incomodidad por tener que esperar junto a periodistas y público antes de acceder al recinto presidencial. Esta vez entró directamente por una puerta secundaria en un Mercedes con cristales tintados; ni rastro de policía acompañante en el trayecto.
Posibles consecuencias políticas y judiciales
Este tipo de incidentes refuerza dos tendencias peligrosas:
- Politización creciente del sistema judicial: Las formas adoptadas por algunos jueces pueden alimentar argumentos tanto entre quienes denuncian presiones políticas sobre los tribunales como entre quienes acusan al Gobierno de querer controlar los procesos sensibles.
- Desgaste institucional: El foco constante sobre Moncloa ahonda la percepción ciudadana de conflicto permanente entre poderes del Estado.
- Prolongación artificial del caso: La prórroga reiterada (otros seis meses recién aprobados) mantiene viva una causa que puede condicionar agendas mediáticas y parlamentarias justo cuando se avecinan posibles reformas clave o ciclos electorales.
Curiosidades logísticas y anécdotas recientes
- El retraso real en la declaración no se debió tanto al escolta policial como a problemas menores: el conductor tuvo dificultades para acceder al Juzgado según las instrucciones horarias dadas por Peinado.
- En julio pasado, tras esperar media hora ante Sánchez, el juez no llegó siquiera a formular preguntas porque el presidente se acogió al derecho legal a no declarar.
- En ambas visitas a Moncloa, Peinado ha solicitado alterar muebles o alturas; esta vez llevó sus exigencias hasta lo escenográfico.
- El camión luminoso desplegado por Hazte Oír se ha convertido ya en habitual cada vez que hay movimiento judicial relacionado con Moncloa.
- La causa suma ya cinco investigados principales y promete seguir coleando durante buena parte del año.