La península Ibérica ha vivido este lunes 28 de abril de 2025 una jornada que quedará grabada en la memoria colectiva.
Un apagón masivo sin precedentes ha sumido en la oscuridad a España, Portugal y algunas zonas del sur de Francia, provocando el caos en transportes, comunicaciones y servicios esenciales.
El fenómeno, técnicamente conocido como «cero energético», ha supuesto un colapso total del sistema eléctrico que ha afectado a millones de personas simultáneamente.
El corte de suministro se produjo aproximadamente a las 12:30 horas, cuando se detectó «una oscilación muy fuerte en los flujos de potencia» en las redes eléctricas, según han informado fuentes oficiales.
Desde ese momento, la vida cotidiana quedó paralizada: semáforos apagados generando atascos, transportes bloqueados, y millones de hogares y negocios sin electricidad.
Las causas bajo investigación
Aunque las autoridades mantienen prudencia sobre el origen exacto del apagón, las primeras investigaciones apuntan a varias posibles causas. Red Eléctrica Española (REE) ha informado que el origen del colapso ha sido la «desconexión del sistema de interconexión europeo por Francia», lo que habría provocado un efecto dominó en toda la red peninsular.
La red eléctrica portuguesa (REN) ha señalado que la interrupción se debió a «oscilaciones anómalas en las líneas de muy alta tensión (400 kV)», un fenómeno que podría estar relacionado con lo que denominan «vibración atmosférica inducida». Estas alteraciones habrían sido provocadas por bruscas variaciones de temperatura en el interior peninsular.
Entre las hipótesis que se barajan, aunque sin confirmación oficial, destacan:
- Fenómenos meteorológicos extremos: Posibles variaciones bruscas de temperatura que habrían generado oscilaciones en las líneas de alta tensión.
- Fallos técnicos: Un problema grave en alguna subestación principal o línea crítica podría haber desestabilizado toda la red.
- Ciberataque: Aunque la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, ha señalado que «no hay indicios de que haya sido provocado», esta posibilidad no se descarta completamente. La red eléctrica española sufre cerca de 1.000 intentos de ataques diarios, según los expertos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido cauto en sus declaraciones tras una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional: «Todavía no tenemos información concluyente sobre los motivos del apagón y no descartamos ninguna hipótesis». Además, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para evitar especulaciones y seguir únicamente fuentes oficiales.

Miles de turistas afectados por el gran apagón. Foto: Paul Monzón
Recuperación progresiva del suministro
Red Eléctrica Española activó inmediatamente los planes de reposición del suministro eléctrico en colaboración con las empresas del sector. Eduardo Prieto, director de Servicios a la Operación de Red Eléctrica, explicó que la recuperación total del sistema podría tardar entre seis y diez horas tras el apagón masivo.
La recuperación ha comenzado por las zonas más cercanas a Francia, recuperando tensión en subestaciones de varias zonas del norte, sur y oeste peninsular. Sobre las 17:30 horas, ya se había restablecido parcialmente el suministro en áreas de Cataluña, Aragón, País Vasco, Galicia, La Rioja, Asturias, Navarra, Castilla y León, Extremadura y Andalucía. A las 18:45 horas, se sumaron zonas de Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha.
Las únicas zonas que no se han visto afectadas por el apagón han sido las islas Canarias, Baleares y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que funcionan con sistemas eléctricos independientes.
Impacto en infraestructuras críticas
El apagón ha tenido graves consecuencias en infraestructuras esenciales. Los servicios ferroviarios quedaron paralizados, las líneas de metro interrumpidas y varios aeropuertos internacionales sufrieron alteraciones en sus operaciones. Los semáforos apagados provocaron numerosos atascos en las ciudades, dificultando notablemente la circulación.
Tres comunidades autónomas —Madrid, Andalucía y Extremadura— solicitaron la activación del nivel 3 de emergencia para que el Ejecutivo central asumiera el control de la situación, según informó el presidente Sánchez.
¿Qué es un cero energético?
Este fenómeno, que ha afectado a España y Portugal, se conoce técnicamente como «cero energético» y representa el colapso total del sistema eléctrico de un país o una gran región. No se trata de un simple corte de luz localizado, sino de una interrupción masiva y generalizada que afecta a millones de personas simultáneamente.
La recuperación tras un cero energético es un proceso complejo que requiere procedimientos especiales para reactivar las centrales de generación eléctrica sin depender de la red, lo que explica que pueda llevar desde varias horas hasta incluso días completar el proceso.
Medidas preventivas para el futuro
Este incidente sin precedentes pone de manifiesto la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas y la necesidad de reforzar los sistemas de protección. Los países suelen invertir en sistemas de respaldo, protocolos de actuación rápida y diversificación de fuentes de energía para reducir las posibilidades de que ocurra un gran apagón.
Mantener infraestructuras actualizadas, reforzar la ciberseguridad y coordinar acciones a nivel regional son medidas clave para evitar un colapso del sistema eléctrico. La experiencia de este 28 de abril probablemente llevará a una revisión de los protocolos de seguridad y a un refuerzo de las interconexiones eléctricas entre países.
El apagón masivo que ha afectado a la península Ibérica este lunes 28 de abril representa uno de los mayores desafíos a los que se ha enfrentado el sistema eléctrico español en su historia reciente. A medida que avancen las investigaciones, se podrá determinar con exactitud qué falló en el sistema y qué medidas deben implementarse para evitar que una situación similar vuelva a repetirse en el futuro.
Mientras tanto, millones de ciudadanos han experimentado en primera persona lo que significa vivir sin electricidad en una sociedad completamente dependiente de ella, poniendo de relieve la importancia de contar con sistemas energéticos robustos y resilientes capaces de hacer frente a situaciones excepcionales.