La Comunidad de Madrid dijo basta.
Las continuas mentiras del Gobierno Sánchez y las terminales mediáticas de la Brunete Pedrete para pintar a la región presidida por Isabel Díaz Ayuso como sinónimo de muerte segura durante la pandemia por el Covid-19 provocó una declaración institucional de la inquilina de la Puerta del Sol.
En una declaración de algo más de diez minutos, Ayuso fue tajante a la hora de defender con datos la gestión hecha durante la diferentes olas del coronavirus:
Esta semana se cumplen cinco años del estallido de la pandemia del Covid-19, una tragedia mundial que acabó con la vida de millones de personas, dejando otros tantos con secuelas. En estos días queremos trasladar nuestro cariño a todas ellas, a las personas que fallecieron en sus casas, en los hospitales, en las residencias, niños, jóvenes y, especialmente, los mayores.
Muchos fallecieron sin el acompañamiento de sus familiares, pero de la mano y con el consuelo de un profesional sanitario o de atención social. No cabe mayor gratitud. Aquellos meses fueron un golpe emocional durísimo para excelentes profesionales que luchan por la vida y en la mayoría de las ocasiones ganan la batalla como sucede en la sanidad madrileña. Muchos de ellos enfermaron también o incluso llegaron a fallecer.
Denunció que Madrid fue durament golpeada por mor de la actitud de un Gobierno Sánchez incapaz de tomar medidas:
La Comunidad de Madrid fue una de las regiones más perjudicadas en la primera ola. A pesar de las alertas de la Organización Mundial de la Salud que llegaron incluso desde enero, febrero, marzo, el aeropuerto internacional de Madrid-Barajas permaneció abierto y los grandes eventos en esta región de alta densidad como el resto de España se celebraron sin ninguna política sanitaria por parte del Gobierno de la Nación, a pesar de nuestros avisos desde Madrid.
Cinco años más tarde, lamentamos que haya partidos políticos que, lejos de estar a la altura de este aniversario, pretendan tergiversar todo lo que el pueblo de Madrid vivió unido y que hagan como que en el resto de España tampoco pasara nada y sin responsabilidad alguna. Pero a pesar de todo, ese zarpazo contra nuestra vida y nuestra libertad, nos unió como región. Aquí los ciudadanos, sanitarios, funcionarios, empresas, todos dieron su mejor versión y hoy, cinco años más tarde, la Comunidad de Madrid se ha recuperado de uno de los peores trances de su historia y vive un momento de esplendor, alegría y pujanza.
Acusó al gabinete sanchista de manipulación de los hechos y de lanzar campañas de descrédito:
En vista, sin embargo, de la manipulación constante, de las campañas de descrédito y de la instrumentalización de la tragedia por parte de algunos que deberían responder por su pésima gestión y de sus medidas inconstitucionales, quisiera recordar algunos hechos. No fue hasta que Madrid se puso al frente y tomó las riendas de la situación que el Gobierno Central reaccionó. Entre enero y febrero de 2020, los responsables del Gobierno central, que tienen la obligación de encargarse de vigilar las alertas sanitarias y más aún cuando son internacionales, nos dijeron que estos serían dos o tres casos con los síntomas de una gripe común, permitieron manifestaciones, conciertos, bodas…
Hace cinco años los españoles reaccionaron con valentía contra una pandemia desconocida.
Hoy, algunos representantes políticos se han olvidado de la hazaña y sólo destacan la desgracia. Mi homenaje a los madrileños. pic.twitter.com/hbDvKIDO93
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) March 12, 2025
Y pasó a enumerar las medidas que puso en marcha el Gobierno autonómico madrileño:
La alta densidad de la Comunidad de Madrid fue víctima de aquellos. Todos los días viajan en el Metro de Madrid más de dos millones de personas, más que toda la población de algunas regiones españolas. Decidimos actuar y fuimos los primeros en cerrar los colegios, universidades y residencias de mayores con el rechazo frontal del Gobierno de Sánchez, que trató de paralizar estas medidas que resultaron vitales. Un Gobierno central que venía desoyendo de manera irresponsable los avisos de la Organización Mundial de la Salud.
Aunque al principio se nos prohibió comprar material sanitario y perdimos semanas esenciales cuando los médicos, enfermeras o celadores tenían que cubrirse con plásticos y bolsas de basura, la Comunidad de Madrid pudo abrirse paso en el mercado internacional y actuar por la vida, sin resignarnos. Y trajimos 24 aviones repletos de material de protección, camas, respiradores. Más de 2.000 toneladas con las que comenzamos a ver la luz
Fuimos los primeros en atribuirse de antígenos en España, hicimos test masivos a sanitarios, profesores, funcionarios. El Plan Vigía fue un modelo en el mundo, nos permitió analizar la evolución del virus a través del estudio de las aguas residuales gracias al Canal de Isabel II, y así tomábamos medidas equilibradas, sensatas, por dónde iba el virus. Y siempre de la mano de la ciencia. Y gracias a estos criterios científicos, nunca en base a los de ningún comité de expertos inventado y menos por motivos políticos, hacíamos análisis de la evolución del virus incluso por zonas, y así tomábamos medidas selectivas porque luchábamos contra el Covid y no contra la gente.
Destacó como Madrid pudo evitar cierres prolongados en personas que necesitaban poder salir:
Evitamos así cierres prolongados que hacían polvo a las personas con demencias, con trastornos autistas o a los mayores en general, para quienes los cierres abusivos significaban desorientarse y hundirse. Y por tanto, la capacidad de asistencia jugó un papel fundamental, lo sabíamos, y para ello unimos por primera vez en la historia la sanidad pública y la privada bajo un mismo mando, bajo un mismo cuerpo, y juntos desarrollamos planes de estabilidad para permitir duplicar el número de camas de hospitalización y además triplicar las UCIs. Así evitamos dolorosas imágenes de otros países.
Pero también tomamos otras medidas creativas, como convertir 14 hoteles en hospitales, atendiendo a más de 4.500 pacientes, entre ellos muchos profesionales sanitarios en primera línea de batalla, para evitar que volvieran a casa poniendo en riesgo a sus familias y más si alguno de ellos estaban pasando, por ejemplo, un proceso oncológico. Y tampoco olvidamos algo que el mundo observó con asombro, incluida la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea. IFEMA se convirtió en un hospital en apenas 72 horas y curó a 4.000 pacientes esas semanas gracias a la ayuda de cientos de voluntarios de muchos oficios.
Puso como ejemplo el Hospital Zendal:
Posteriormente, construimos el Hospital Isabel Zendal en 100 días, otro hito mundial de gestión del Covid, sanando a otras 10.000 personas gracias a sus 1.000 camas, evitando que el virus siguiera desbordando otros hospitales. Un hospital, el Enfermera Isabel Zendal, que además fue boicoteado y que tuvo que sufrir manifestaciones en la puerta con pacientes dentro. Pero es que además Madrid fue también la primera en proteger a nuestros mayores. Pusimos en marcha una red de geriatras referentes de hospitales para hacer de enlace a las residencias. Se medicalizaron 232 residencias, se distribuyeron 12 millones de unidades de material sanitario, se llevaron a cabo 11.200 traslados de residentes a hospitales, todos ellos bajo criterios sanitarios. Fuimos la única comunidad que puso en marcha un operativo de emergencias, bomberos, militares, policías locales, sanitarios, Cruz Roja y agentes forestales, voluntarios de protección civil para asistir todos a las más de 700 residencias de Madrid.
Fuimos a la primera región que consiguió material de protección y test para sus bomberos, policías, para todos los efectivos desplegados en la región. Una docena de sociedades científicas, las más relevantes de España, firmaron un documento conjunto respaldando los criterios y las actuaciones de los profesionales en los hospitales y las residencias. Gracias a nuestras medidas quirúrgicas, en cuanto la Comunidad de Madrid gestionó en solitario la pandemia, el virus descendió drásticamente, mientras luchábamos para que los alumnos no perdieran sus cursos y para que la economía no se hundiera.
Y criticó la falta de rigor en las medidas adoptadas por el Gobierno de España:
En España, sin embargo, se tomaron muchas medidas sin criterio científico alguno. Los ciudadanos tenían estipulado hasta las horas de paseo, según la edad de cada uno, cierres masivos injustificados. Muchos frivolizaron y estigmatizaron nuestro modo de vida, nuestra cultura y el sector servicios que en la Comunidad de Madrid es fundamental. Pero entre críticas infundadas, las familias podían verse en una terraza, los mayores estar acompañados de sus nietos. La vida, con sus restricciones y cautelas, siguió adelante para asombro de todo el mundo, porque demostramos que el rigor científico y las decisiones políticas equilibradas y sensatas funcionan.