Cuando creíamos que la subvencionada y parcial prensa ‘indepe’ catalana no podría ir más lejos, nos sorprenden ahora injuriando de forma soez a la Reina de España.
Los miserables, que suelen confundir periodismo y propaganda, acusan a Doña Letizia de ser ‘una borracha en recuperación’.
Imposible ser más sucios, bajos e impresentables, pero es lo que tiene vivir del presupuesto público y sobrevivir gracias al dinero que el xenófobo Torra y sus compinches les inyectan cada mes.
La estrella del viaje oficial de los reyes a Japón y la República de Corea fue Letizia, al menos si miramos las páginas que la Reina protagoniza en las revistas de papel couché, en los suplementos de los periódicos y en los digitales.
Todos y cada uno de sus modelos, sus joyas y sus peinados fueron escrutados al milímetro, como es habitual, no solo por la prensa española sino por los medios coreanos y japoneses, que ensalzaron la elegancia de la mujer del monarca español.
Escenas de doña Letizia como la que protagonizó con la emperatriz japonesa, a la que abrazó, besó, fuera de todo protocolo, han dado la vuelta al mundo, como recoge Silvia Armesto en informalia.
En una de las etapas de la gira asiática, en Seúl, el Rey Felipe VI, concluido su discurso, tomó una copa de vino blanco y propuso un brindis de Estado:
«Alcemos nuestras copas para seguir tejiendo este nosotros hispano-coreano».
Todos los presentes chocaron las copas y dieron un sorbo. Todos, menos la Reina Letizia, que se limitó -como hace siempre- a levantar la copa y oler el vino, sin probar siquiera una gota de alcohol.
Esto, habitual en la Reina, ha dado pie a los mamarrachos de la prensa ‘indepe’ catalana para lanzar una sucia campaña contra Letizia y al final contra la Familia Real y España.
Varios medios a sueldo del independentismo catalán subrayan que la Reina ni siquiera disimuló, ya que el protocolo no lo exige que beba, y basta con simularlo, con mojarse los labios.
Elnacional.cat, que sobrevive d ela limosna oficial que le pasa la Generalitat catalana, afirma que Letizia desconfía de que la quieran envenenar y califica la actitud de la Reina como «paranoia y falta de respeto a un país que adora las tradiciones».
Pero es que además dicen que lo que califican como «manía» de Letizia solo lo hacen un tipo de personas, a quienes se les prohíbe incluso mojarse los labios con alcohol: «A los alcohólicos en rehabilitación».
Lo cierto es que Letizia, mientras todos daban un sorbo, se limitó a oler el vino.