CRISIS EN EL GOBIERNO TRAS LAS FILTRACIONES DE WHATSAPP

La «pájara» de Margarita Robles prefiere atrincherarse en su poltrona y no confrontar con el faltón Pedro Sánchez

La titular de Defensa evita pronunciarse sobre los calificativos despectivos que le dedicó el presidente en sus conversaciones con Ábalos

La política española se ha visto sacudida en las últimas horas por una nueva crisis que afecta directamente al núcleo del Gobierno. La filtración de mensajes de WhatsApp intercambiados entre el presidente Pedro Sánchez y su entonces ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha dejado al descubierto comentarios despectivos del jefe del Ejecutivo hacia varios miembros de su propio partido, entre ellos la actual ministra de Defensa, Margarita Robles.

Según las conversaciones publicadas por el diario ‘El Mundo, Sánchez se refirió a Robles como «una pájara» y aseguró que «se acuesta con el uniforme», en referencia a una entrevista en la que la ministra había elogiado a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien previamente había comparado a Robles con la heroína Manuela Malasaña por su gestión durante la pandemia.

La postura de la ministra

Lo más llamativo de esta crisis es la respuesta de bajo perfil de Margarita Robles. A diferencia de otros aludidos en estas filtraciones, la ministra de Defensa intentó evadirse de la polémica:

Yo no opino de conversaciones privadas y muchas más conversaciones privadas que ocurrieron hace muchísimo tiempo. Yo lo que me siento soy una persona que llevo trabajando toda mi vida como una servidora pública. Creo que es una expresión que ni siquiera yo sé si se ha dicho o no se ha dicho. En cualquier caso, lo importante es que trabajemos, vamos a seguir trabajando en el Gobierno y no opino de una conversación privada. Es una conversación privada entre dos personas en las que yo no tengo nada que decir, como ustedes tienen sus conversaciones privadas. Una conversación privada entre dos personas de hace muchísimos años ya, en un contexto totalmente diferente. No quieran que les diga más que lo que les estoy diciendo, que es realmente lo que siento y lo que es.

¿Por qué me voy a sentir dolida? Es una conversación privada, cada una de las conversaciones privadas a saber lo que dicen o lo que diremos. Cada una de las conversaciones privadas dice lo que quiera decir y mucho más, insisto. Es una conversación de hace muchísimo tiempo y yo lo tengo, lo tomo por lo que es una conversación privada entre dos personas sin mayor relevancia, sin mayor trascendencia.

El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, no ha tardado en reaccionar a través de las redes sociales: «Supongo que Margarita Robles presentará su dimisión mañana a primera hora. Sino lo hace es que ha perdido toda dignidad», sentenció anoche el dirigente popular. La diputada del PP Carmen Navarro también se sumó a las críticas, afirmando que estos mensajes demuestran que «una izquierda rota y cainita guiaba España» y que «ejercer el poder era la única obsesión de Sánchez».

El contexto de la polémica

Los mensajes filtrados se remontan a noviembre de 2020, cuando Robles concedió una entrevista en la que se desmarcaba de la línea dura de su partido contra el Gobierno madrileño. La ministra había afirmado que no le «gusta la confrontación y los ciudadanos no la entienden», lo que provocó el malestar del presidente.

Días antes de esa entrevista, Sánchez y Ábalos ya habían intercambiado mensajes sobre la «actitud de Margarita» durante el Consejo de Ministros. «Veo una llamada tuya. Si quieres hablar, permanezco atento al teléfono», le dijo Ábalos al presidente. «Nada, nada. Era sólo comentar la actitud de Margarita», respondió Sánchez, añadiendo un emoticono que simulaba desesperación.

Reacciones en el PSOE y el Gobierno

La filtración ha provocado un gran enfado en las filas socialistas, donde se intenta desviar la atención del contenido de los mensajes para centrarse en quién está detrás de estas filtraciones. La vicepresidenta María Jesús Montero ha señalado directamente a la Guardia Civil como responsable de las filtraciones.

Mientras tanto, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha aprovechado la situación para atacar al Gobierno: «Hay más preocupación en Ferraz y Moncloa que por el apagón o el caos en Renfe y eso no puede ser», ha declarado, añadiendo que cree que «ha llegado el momento del cambio y que las elecciones estarían cerca».

Un gobierno en crisis

Esta nueva polémica se suma a una serie de crisis que ha enfrentado el Gobierno de Pedro Sánchez en los últimos años. Desde la derrota en las elecciones locales y regionales de mayo de 2023, que llevó a la convocatoria anticipada de elecciones generales, hasta la investigación judicial sobre su esposa, Begoña Gómez, que en abril de 2024 provocó que el presidente se tomara cinco días de reflexión sobre su futuro político.

La filtración de estos mensajes privados plantea también cuestiones legales sobre quién está detrás de su publicación. Según los expertos, si la filtración proviene del propio Ábalos, «no tiene, a priori, ningún recorrido penal», ya que él era parte de la conversación. Sin embargo, si procede de su exasesor Koldo García o de cualquier otra persona ajena a la conversación, podría estar «atentando contra el derecho al secreto de las comunicaciones recogido en el artículo 18.3 de la Constitución Española».

Otras víctimas de los mensajes de Sánchez

Margarita Robles no ha sido la única afectada por estas filtraciones. En los mensajes publicados, Sánchez también se refiere a Pablo Iglesias, entonces líder de Podemos y vicepresidente del Gobierno, como «un maltratador», «torpe» y le acusa de «cuñadismo», reconociendo su «hartazgo» con sus socios de coalición.

Igualmente, el presidente ordenaba a Ábalos interpelar a los barones socialistas críticos con su dirección, como Javier Lambán o Emiliano García-Page, para que dejasen «de tocar los cojones», refiriéndose a ellos como «petardos» e «hipócritas».

Otra de las aludidas ha sido Susana Díaz, expresidenta de la Junta de Andalucía, sobre quien Sánchez comentó: «La otra, Susana, sí que está jodida». Al ser preguntada por estas declaraciones, Díaz ha preferido no mirar al pasado: «Hace mucho tiempo que cambié de pantalla, la madurez política me mantiene firme en mis condiciones, pero nunca voy a renunciar a decir lo que pienso», ha afirmado, añadiendo que no guarda rencor a Pedro Sánchez ni a Ábalos.

El futuro de Robles en el Gobierno

La gran incógnita ahora es si Margarita Robles presentará su dimisión o si decidirá continuar en el cargo a pesar de los insultos recibidos por parte del presidente. Por el momento, la ministra mantiene su agenda oficial, que incluye la inauguración de la Feria Internacional de Defensa (Feindef), un evento importante para la industria militar española que arrancó ayer con el anuncio del Gobierno de un aumento del gasto en Defensa de 10.471 millones de euros.

Robles, que lleva en el cargo desde 2018, es una de las ministras mejor valoradas por la opinión pública y cuenta con el respeto de las Fuerzas Armadas. Su gestión al frente del Ministerio de Defensa ha sido generalmente bien considerada, incluso por sectores de la oposición, lo que hace que su posible salida del Gobierno pudiera suponer un duro golpe para la imagen del Ejecutivo de Sánchez.

Datos curiosos sobre la crisis

Un aspecto llamativo de esta polémica es que se produce justo cuando se cumplen tres años de la invasión rusa de Ucrania, un conflicto que, según Ángel Olivares, expresidente de la Feindef y exsecretario de Estado de Defensa con Robles, «puso de relieve las costuras de la industria de defensa» en Occidente.

También resulta curioso que estas filtraciones coincidan con el adelanto del Congreso Nacional del PP, que Feijóo ha movido al 5 y 6 de julio, nueve meses antes de lo previsto, en lo que parece ser una preparación para un posible adelanto electoral.

Por último, cabe destacar que el apodo de «pájara» utilizado por Sánchez para referirse a Robles tiene su origen en una entrevista en la que la ministra elogiaba a Isabel Díaz Ayuso, precisamente una de las principales opositoras al Gobierno. Este detalle muestra las complejas relaciones personales y políticas que existen dentro del propio Ejecutivo y cómo el presidente parece no tolerar que miembros de su Gobierno mantengan una actitud conciliadora con la oposición.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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