LOS ENEMIGOS DE LA IGLESIA ELOGIAN AL PAPA TRAIDOR Y GRAN DEFENSOR DE LA AGENDA 2030 Y EL UNIVERSO WOKE

Francisco: quizá el peor papa, o uno de los peores, deja una Iglesia herida de muerte

Francisco: quizá el peor papa, o uno de los peores, deja una Iglesia herida de muerte

“El que entra al cónclave como papa sale como cardenal”, paremia que los vaticanistas y sus seguidores no siempre tienen en cuenta, a juzgar por sus vaticinios. Con Bergoglio funcionó: no figuraba en las quinielas, ni siquiera era muy conocido. Por aquel entonces, yo era directora y presentadora de un programa de análisis político en Popular TV Galicia, y tuvimos que ponernos las pilas para preparar el programa especial. Recuerdo que cuando llamamos a los obispos para que nos hicieran una valoración, muy poco nos pudieron decir. Recordaban que hacía unos años había dirigido unos ejercicios espirituales.

Quiénes sí sabían más que los vaticanistas eran ciertos grupos del lado oscuro, que festejaron su elección como si lo conocieran a fondo. Analizando este extremo, tiempo después, entendí ciertas claves que en un principio me habían pasado inadvertidas. Porque hay que reconocer que Francisco llegó bajo el palio de la conspiración y la mentira. Debo reconocer su engaño, a la vez que mi fascinación ante sus propuestas de una Iglesia más cerca del pueblo, más al estilo del cristianismo primitivo, menos ritualista y más cercana al auténtico mensaje de Cristo: “Amaos los unos a los otros”. Llegó como un pastor que pretendía desmarcarse de la pompa y el boato. Quería que los sacerdotes salieran de las sacristías y olieran a oveja. Rechazó los zapatos rojos que los papas usaban a imitación de los emperadores romanos y se hizo traer de Buenos Aires su calzado gastado de recorrer los suburbios. “Claro, como san Francisco”, pensé. “¡Qué bien le va el nombre elegido!”, subrayé. Y, a pesar de las contradicciones, sus declaraciones distópicas, sus relaciones con los gobernantes, su fascinación por los gobiernos comecuras y su cercanía a los poderes que pretenden la destrucción del ser humano, y la información que estaba recibiendo desde hacía tiempo sobre su historia negra montonera en Argentina, durante la dictadura militar, amén de su pertenencia a la mafia de San Galo, durante un tiempo seguí pensando que o bien era desinformación o, posiblemente, estaba siendo chantajeado; que estaba amenazado de muerte u otras razones desconocidas que le impedían manifestarse a favor de la luz y un auténtico pastor de la Iglesia. Lo cierto es que el hechizo duró varios años, hasta que, poco a poco, me vi obligada a reconocer lo que no quería admitir: que era un auténtico lobo disfrazado de cordero; que estaba engañando a los fieles y destruyendo a la Iglesia. Por eso, a pesar de mi conocimiento de las cloacas del sistema y mis ácidas críticas al poder establecido y sus dirigentes, tardé tanto tiempo en posicionarme en su contra y denunciar su juego masónico; su venta de la Iglesia por menos de veinte monedas de plata. Porque la Iglesia hoy está en manos del enemigo invisible, pero también de los enemigos visibles.

A partir de ese momento me centré en investigar a fondo la información que había desdeñado y, tirando del hilo, llegué a conclusiones tremendamente inquietantes. ¿Por qué salió elegido Bergoglio contra todo pronóstico? ¿Quién lo elevó al solio pontificio? ¿Cuál era su misión? ¿A quién estuvo sirviendo en todo este tiempo? ¿Qué escenario estuvo preparando? ¿Qué testamento deja para su sucesor? ¿Cómo se presenta el cónclave?

Cada una de estas respuestas es a cual más inquietante. La famosa frase de Pablo VI sobre la fisura por la que había entrado el humo de Satanás en la Iglesia es casi una nadería, comparada con los hechos actuales. La fisura o el zanjón al que aludí en un artículo de hace semanas se han trasformado en una apertura de puertas. Ahora están de par en par.

Francisco lo ha profanado y corrompido todo para agradar a los enemigos no creyentes que apoyan la Cultura de la Muerte –eutanasia, eugenesia, aborto, corrupción de menores, poliamor, leyes trans y demás engendros inspirados en el Mal–, la desaparición de la familia y la religión y todo aquello que ha ennoblecido al ser humano y facilitado su evolución de conciencia hacia lo divino, hacia lo sagrado.

Para confirmar la línea equivocada del papa –como me señalaba esta mañana mi hermana, Mani– basta escuchar la opinión de los tertulianos en los diferentes medios de comunicación, muy en la línea del gobierno socialcomunista, que, dicho sea de paso, pactó con Francisco la desacralización del Valle de los Caídos.

Los periodistas financiados por el gobierno de Sánchez le  dan a Bergoglio un sobresaliente, por defender a los pobres, oprimidos y bendecir la invasión musulmana, mintiendo y llamando refugiados a los invasores que atentan contra nuestras iglesias, y a quienes algunos políticos descerebrados piden perdón por las procesiones y demás actos de Semana Santa. Se sospecha que haya pactado la devolución de la catedral/mezquita de Córdoba. Esperemos que no, aunque estamos abiertos a cualquier disparate.

Para saber el lugar que ocupa el rebaño humano en el mundo y, por tanto, cada ser humano, es absolutamente necesario conocer la Agenda 2030. No sus pulcros y engañosos enunciados, sino su significación real. Sus diecisiete objetivos ocultan un plan siniestro, controlador y transhumanista. Hasta que no pasemos este “posgrado” seremos unos completos analfabetos, fácilmente manipulables. El papa Francisco no solo conocía todo este complot contra la humanidad, sino que trabajó activamente para las élites y sus dirigentes de “las alturas”, en detrimento de sus feligreses y la humanidad entera. “Porque nuestra lucha no es contra la sangre y la carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales”. (Efesios 6:12).

Hay que recordar, entre sus múltiples ataques contra los seres humanos que confiaban en él, su apoyo a los diseñadores de la pandemia y su restricción de libertades –cuando se sabía que era una farsa de diseño– y, más en concreto, con las vacunas covid, que no solo las apoyó y recomendó como un acto de generosidad e incluso un pasaporte para el cielo, sabiendo que no eran propiamente vacunas y que, para más inri, aparte de otros adyuvantes contenían material genético de bebés en gestación abortados. Y estos fetos no pueden proceder de abortos espontáneos. ¡Los fetos para experimentación deben estar vivos!; por tanto, deben proceder de abortos provocados! Es tremendo. Cuanto más se profundiza, la distopía es mayor.

¿Es Francisco el peor pontífice de la historia, o uno de los peores? Hay venenos muy sutiles y silenciosos. Ignoro qué juicio le hará la historia. Es cierto que el papado, sobre todo, en algunos periodos como el siglo X tiene un recorrido terrorífico, más por la ambición y tiranía de los gobernantes de turno que por los propios pontífices. Ha habido papas cuyo pontificado duró solo quince días, como Bonifacio VI. Su sucesor, Esteban VI fue obligado por el patricio romano Lamberto de Espoleto a desenterrar el cadáver del papa Formoso, que llevaba nueve meses bajo tierra, y que también había muerto asesinado, al cual sometieron a un juicio “corpore presente”. ¡Cruel y macabro! Sin embargo, estas cuitas no afectaban a los fieles, que, en general, no solían enterarse. Aunque los tejemanejes de Francisco son, aparentemente, más estéticos, tienen un hedor que apesta más que el cadáver de Formoso. El daño moral y espiritual a la Iglesia y su secuela, que está por ver, es difícil de revertir. Por eso, el cónclave es vital, y aunque nos caracterizamos por mantener vivo el optimismo y la esperanza, somos conscientes de que tenemos enfrente a un poderoso enemigo. Hace falta un papa especial para estos tiempos, y para ello es necesario un gran milagro. ¡O que el Espíritu Santo no se distraiga!

Sobre las preguntas que planteábamos en un párrafo anterior, así como otros misterios sobre Francisco, su muerte y su doble, hablaremos en posteriores artículos. Trataremos también de los textos de las profecías sobre el próximo papa y el fin de los tiempos. Tiempos apocalípticos, muy conflictivos, pero muy interesantes. No hay que olvidar que, si estamos aquí, en estos momentos, no es por casualidad. Es por algo importante. ¿Quizá para ayudar a construir un mundo mejor? Estamos seguros de que este deseo puede hacerse realidad.

*Psicóloga, periodista y escritora

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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