Han pasado cuatro días de la gota fría que ha devastado una parte de la provincia de Valencia.
Mientras muchas personas se han quedado sin nada, mientras el numero de muertos y de desaparecidos va aumentando, los políticos se tiran los trastos a la cabeza con el que si tú, que si yo, el cambio climático , etc.
Asimismo, la situación es tan caótica y calamitosa, que muchos que van a ayudar allí se ven perdidos y desorientados por la desorganización reinante.
En catástrofes de tal magnitud lo que hace falta es organización y que haya un mando único que dé las instrucciones oportunas para todas las labores que se deban realizar. Se necesita un nivel de emergencia alto, ya que hay que enfrentarse a un número enorme de rescates(muchos de ellos de cadáveres),búsqueda de desaparecidos, desescombro, limpieza,evitar robos y pillaje, atender a mucha gente que lo necesita. Es preciso montar hospitales de campaña. Aún no se ha montado ninguno.
Estos hospitales aliviarían el colapso sanitario. Además, es posible que surjan problemas de salud pública por cadáveres en descomposición, basura, ratas, etc. Son demasiados frentes abiertos.
Por otro lado, se van a necesitar muchos efectivos de Ejército (5000 son pocos), con su maquinaria especializada, para restablecer la normalidad en las zonas afectadas, que será cosa de meses. Da la impresión de que ver al Ejército por las calles es algo ofensivo para algunos.
Pues no queda otra: el Estado ha de poner todos los recursos humanos y materiales al servicio de esta parte de España,castigada por un fenómeno meteorológico adverso terrible, y liderar todas las labores.