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El artículo de Francisco Rosell, publicado el 28 de febrero de 2025 en El Debate, aborda la percepción del gobierno de Pedro Sánchez hacia la prensa crítica, bajo el título «El inquisidor Sánchez y la ley para linchar a la prensa crítica«.
En este texto, Rosell critica lo que considera una estrategia gubernamental para silenciar a los medios de comunicación que no se alinean con su discurso.
La tesis principal del periodista se centra en la idea de que el gobierno Sánchez está implementando políticas que buscan cercenar la libertad de expresión y silenciar a la prensa crítica.
Según Rosell, esto se logra a través de leyes y regulaciones que, bajo el pretexto de combatir la desinformación, en realidad sirven para controlar el discurso público y castigar a los medios que no se alinean con el gobierno.
En su columna, Rosell argumenta que el gobierno de Sánchez está utilizando tácticas que recuerdan a la Inquisición para acallar a la prensa crítica.
«El inquisidor Sánchez ha encontrado la forma de linchar a la prensa crítica con una ley que, bajo el pretexto de combatir la desinformación, en realidad busca controlar el discurso público y castigar a los medios que no se alinean con el gobierno».
Esta percepción se basa en la certeza de que las políticas gubernamentales están diseñadas para restringir la libertad de expresión y manipular la narrativa mediática.
Rosell critica la ley de desinformación propuesta por el gobierno, argumentando que «esta ley no busca combatir la desinformación, sino controlar el discurso público y castigar a los medios que no se alinean con el gobierno«.
Esta ley es una herramienta para silenciar a la prensa crítica y mantener el control sobre la narrativa mediática.
Sánchez no se para en barras siendo muy aleccionador el motín a bordo desatado estos días en el acorazado Potemkim de grupo Prisa, antaño intelectual orgánico del PSOE y ahora simple órgano de propaganda de éste, donde directivos alentados por Sánchez se ha sublevado contra la propiedad y el presidente de la compañía los ha despedido por montar a instancias de la Moncloa una televisión a la que se oponía la mayoría del accionariado harto de proveer pérdidas. A la espera de la junta de accionistas prevista para junio, las espadas están en alto.
Esto se refleja en su afirmación de que «el gobierno de Sánchez ha encontrado la forma de acallar a la prensa crítica con una ley que, bajo el pretexto de combatir la desinformación, en realidad busca controlar el discurso público«.
No hay que descartar que el Gobierno fuerce la destitución del inversor francés de origen armenio, dueño del 29,8% del capital, sin necesidad de hacerle acudir a la Moncloa un viernes por la tarde como a Pallete cuando lo defenestró de una Telefónica que puede volver a Prisa tras vender sus acciones a amigos de Sánchez. Después de que los brujos visitadores de la Moncloa con Zapatero, se adjudicaran un canal —La Sexta— hasta arruinarlo, pueden obtener ahora otro, mientras se hacen de oro con las producciones que RTVE le encarga a tutiplén. Estos privilegiados del Presupuesto siempre caen de pie.
La Inquisición
Rosell compara las acciones del gobierno con las de la Inquisición, sugiriendo que ambas buscan imponer un control total sobre el discurso y la opinión.
«Al igual que la Inquisición, el gobierno de Sánchez busca imponer su verdad y silenciar a aquellos que no se alinean con ella«.
Esta comparación subraya su preocupación por la libertad de expresión y el peligro que representa el control gubernamental sobre los medios.
Con multas de hasta 600.000 euros y suspensiones de actividad de los que tilda de «prestadores de servicios de medios de comunicación», devaluando su función básica en una democracia a operarios de una actividad sin rango constitucional, por un organismo tomado por el PSOE.
El artículo destaca el impacto negativo que estas políticas podrían tener en la libertad de expresión en España.
Rosell argumenta que «la libertad de expresión es un pilar fundamental de la democracia, y cualquier intento de controlarla o limitarla es un ataque directo a la democracia misma«. Esto refleja su preocupación por el futuro de la prensa libre y la capacidad de los ciudadanos para acceder a información diversa y crítica.
Con todo ese arsenal que acrecientan los medios públicos que usa privativamente, la Moncloa provee una prensa de información y opinión sincronizadas desarrollando el modelo del «procés» separatista que se impulsó, en noviembre de 2009, con la publicación —como en la Prensa del Movimiento— de un editorial único para presionar al Tribunal Constitucional sobre un «Estatut» que contravenía la Carta Magna. En este sentido, los comisarios sanchistas en la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC), a la que se le ha endosado la censura, tienen el referente de la negra trayectoria del Consejo Audiovisual de Cataluña demostrando que la pluralidad no es cosa de número si los medios marchan en manada y mutan en tigres de papel.
Reflexiones
El artículo de Rosell invita a reflexionar sobre los límites del poder gubernamental en una sociedad democrática y la importancia de una prensa libre para garantizar el pluralismo y la diversidad de opiniones.
No solo critica las políticas actuales, sino que también llama a la ciudadanía a ser consciente de los riesgos que conlleva el control gubernamental sobre los medios de comunicación.
Destaca la necesidad de proteger y fortalecer los mecanismos que garantizan la independencia de los medios y la diversidad de voces en el discurso público.
Rosell también plantea preguntas sobre el papel de los medios de comunicación en la sociedad actual y cómo pueden resistir las presiones gubernamentales para mantener su independencia y su capacidad para informar críticamente.
Nos recuerda que la democracia requiere no solo de elecciones libres, sino también de una prensa libre y crítica que pueda cuestionar el poder y ofrecer una visión alternativa de la realidad.
El Autor
Francisco Rosell nacido en Puertollano (Ciudad Real) en 1956. Ha tenido una carrera destacada en el mundo de la comunicación, habiendo sido director de El Mundo en Andalucía desde su fundación hasta 2015 y más tarde director del diario El Mundo entre 2017 y 2022. Tras ejercer de directos en VozPopuli, actualmente, es columnista en El Debate.
El DEBATE
El Debate es un periódico digital español que se presenta como heredero del diario homónimo fundado en 1910 por Guillermo de Rivas en Madrid, un importante medio católico de su época. La versión actual en línea fue lanzada en octubre de 2021 bajo la dirección de Bieito Rubido, exdirector de ABC.
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