EL REPASO

Alfonso Rojo: “A la espera de Sánchez y el dinero chavista, Pablo Iglesias vende garrafas de aceite»

Necesita que se consume la integración de Sumar en el PSOE, que jubilen a la teñida Yolanda en el IBEX y que cuaje otra vez el ‘No a la Guerra’

Anda ahora el zarrapastroso Pablo Iglesias de vendedor de garrafas de aceite.

Quien fuera vicepresidente de Sánchez y ‘darling’ de los ayatolás iraníes, se afana por sacar adelante una televisión y eso exige tirar de contactos y buscar patrocinios.

No porque le falte dinero, porque es uno de los ‘progres’ que se han forrado a la sombra del régimen, sino porque no quiere poner el suyo o el que cobra su mujer como eurodiputada.

Y a la espera de lo que manden desde Caracas los torturadores chavistas y de las subvenciones públicas que le encasqueten desde el Gobierno Frankenstein, promociona desde Canal Red el aceite de oliva.

No uno cualquiera sino el «combativo de Marinaleda”.

Para que ninguno de ustedes pique, les adelanto que el litro de lo que sacan al mercado el alcalde Sánchez Gordillo y los rojos de su cooperativa, sale tres euros más caro del que venden en Mercadona.

Dicho esto, vamos a lo esencial, que son las frenéticas maniobras de Iglesias para retornar al primer plano de la política, como ‘macho alfa’ de la ultraizquierda española.

Desde hace cuatro años, cuando Ayuso lo barrió en las elecciones madrileñas sacando cinco veces más votos que él, y gracias al súbito ardor belicista de Sánchez, la tentacular corrupción del PSOE, los apaños de Begoña, los chanchullos del hermano mñuscio, las putas de Ábalos y las memeces de Yolanda Díaz, no se había visto el marido de Irene en otra igual.

Si no es arrastrado por los escándalos sexuales que pringan a Errejón y Monedero, lo que es mucho suponer porque era el azotador que invitaba al baño a las alumnas, tiene Iglesias una oportunidad.

Para ello necesita que se consume la integración de Sumar en el PSOE, que jubilen a la teñida Yolanda enchufándola en el IBEX y que cuaje otra vez el ‘No a la Guerra’ o algo parecido.

No es sencillo, porque Sanchez con ayuda de la ‘Brunete Pedrete’ periodística promueve la tesis de que se puede disparar el presupuesto militar sin invertir en soldados, cañones, drones, carros blindados, aviones de combate o bombas, pero la ocasión la pintan calva.

Y en los cálculos de Iglesias -ese al que la palabra España daba asco- bastaría que Podemos sacase 20 escaños, que sumados a los 30 que reúnen los periféricos antiespañoles de todo pelaje y a los que recibe casi como castigo el PSOE, para que Sánchez renovase por los pelos y él volviera ser vicepresidente.

¡Da escalofríos!

Casi mejor que el facineroso siga vendiendo garrafas de aceite.

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