¿Es necesaria la energía nuclear?

¿Es necesaria la energía nuclear?

El presente artículo nace con la única intención de ser didáctico y, al tener este propósito, debería tener efecto de síntesis en los políticos que estén involucrados en la viabilidad de la energía nuclear, tales como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Del CSN no tengo ninguna duda de que conocen la importancia de la energía nuclear para cualquier país moderno que se precie y estime sus recursos y rentabilidad, del Ministerio no tengo duda de lo contrario por pertenecer a ese selecto grupo de burócratas y demagogos que no suelten saber casi de nada pero que opinan casi de todo.

Voy a hacer una breve explicación de cómo funciona una central nuclear para, que después de ello, el político que se precie, me diga porque la energía nuclear no es “verde”. Una central nuclear es una instalación que genera electricidad partiendo de la energía nuclear. El componente principal de una central es el reactor nuclear en el que se aloja el combustible que suele ser uranio. En el reactor se produce un proceso de fisión nuclear – los protones del núcleo que se están repeliendo y se encuentran en un espacio muy pequeño, forman núcleos independientes más pequeños y en este momento se libera gran cantidad de energía-. La energía liberada en la fisión es utilizada para calentar agua hasta convertirla en vapor de agua a alta presión y temperatura. Este vapor hará girar una turbina que, conectada a un generador, transformará la energía mecánica en energía eléctrica.

Durante el proceso no se liberan en ningún momento gases de efecto invernadero como CO2 o NOx, lo único que se libera es vapor de agua a la atmósfera y este se aprovecha de nuevo en un circuito cerrado enfriándose en un condensador para volver al tanque de agua. Y eso es todo. No hay energía más limpia señores del ministerio y, lo mejor de todo, es muchísimo más barata que cualquiera de las alternativas renovables que nos están imponiendo.

Por todo esto la energía nuclear ha entrado en una especie de renacimiento, en todo el mundo desarrollado, menos en España claro. Los últimos desarrollos apuntan a la fabricación de reactores más pequeños y versátiles que las grandes centrales. Se denominan SMR (Small Modular Reactors). Estados Unidos y China son los países punteros en este tipo de nuevas instalaciones, pero, Argentina, Canadá, Rusia, Reino Unido y Francia trabajan en ellos y la Comisión Europea prepara un plan estratégico para acelerar el desarrollo de los SMR. En España tenemos importantes empresas y centros de investigación desarrollando tecnología para ello. Destaca el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), así como otros centros de componentes nucleares (ENSA, ENUSA y otros). De hecho, algunas de ellas ya están involucradas en proyectos de diseño y construcción de estos reactores.

El sector nuclear español tiene muy buena imagen exterior, tenemos el conocimiento en ingeniería, fabricamos componentes y tenemos experiencia en operación de centrales -las nuestras funcionan muy bien-. Por este motivo, no sería lógico, ni de justicia, quedarnos relegados a un segundo plano en los proyectos SMR. Llevamos desde los años noventa del siglo pasado participando en proyectos europeos, americanos y chinos, luego la oportunidad de aportar en los proyectos SMR no la podemos desaprovechar.

Los SMR serán una solución esencial para conseguir la independencia energética, sobre todo del gas ruso, aparte de ser una energía fiable, disponible y libre de emisiones. Además, los SMR serán muy versátiles en sus aplicaciones, al generar una potencia eléctrica menor que las grandes centrales (300 Mw frente a los 1000-1500 Mw de las centrales nucleares), los componentes que necesitan son más pequeños y la logística más sencilla. Requieren de menos espacio y generan menos residuos. Como complemento a lo anterior, los SMR parten de la experiencia de tantos años con centrales nucleares y funcionan con materiales más resistentes y con sistemas de seguridad pasiva donde la intervención humana o informática es mínima.

Por todas estas características los SMR resultarán idóneos para proporcionar electricidad donde no lleguen las grandes plantas o donde construir una nueva no sea viable. Por ejemplo, son reactores muy válidos para las islas. Canarias quiere construir un SMR, necesita electricidad y no quiere llenar su paisaje de aerogeneradores, paneles fotovoltaicos, ni utilizar gas.

Los nuevos proyectos de SMR que utilizan sales fundidas pueden producir calor entre 500 y 600ºC, por lo que se podrán utilizar en industrias que requieran procesos de altas temperaturas como las acerías, papeleras, industria química, etcétera. Los SMR de agua ligera ya se utilizan, son una tecnología madura, por eso ahora se está desarrollando la cuarta generación que son los de sales fundidas.

Pero mientras se desarrollan tecnológicamente los nuevos SMR y, hasta que los procesos de fabricación de los mismos hagan que su coste sea viable, no excesivamente caros, el objetivo actual debería ser alargar la vida de las grandes centrales nucleares que están operativas.

España tiene aprobado el calendario de apagado de sus siete centrales entre 2027 y 2035; y vamos contra la corriente actual, ya que somos el único país del mundo con un calendario de esas características. Se clausurarán con poco más de 40 años de vida, cuando en países como Estados Unidos se está regulando para que las centrales puedan operar hasta los 80 años.

Las claves para apoyar el desarrollo de los nuevos SMR son cuatro:

1ª.- La Comisión Europea lo apoya e impulsa con su nueva normativa al respecto.

2ª.- Los reactores serán flexibles y pequeños, se pueden construir en plazos más cortos y con costes menores.

3ª.- Serán más versátiles se podrán utilizar tanto en calefacción y agua sanitaria, como en industrias intensivas, minería, transporte marítimo y espacial.

4ª.- La industria nuclear española tiene la suficiente experiencia como para afrontar con garantía suficiente el desarrollo y diseño de los SMR.

La energía nuclear en España aporta el 20% del consumo nacional, que en algunas Comunidades Autónomas es más del 50%. Si desaparece, ¿de dónde sacaríamos ese 20% de energía que nos hace falta? Solo se podría con gas que es un suministro caro e inestable. La experiencia, en este sentido con la invasión de Ucrania, ha sido decisiva.

JOSÉ CARLOS SACRISTÁN. COLABORADOR DE ENRAIZADOS. 

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