Seguro que se acuerdan del vídeo, porque era patético.
Aparecía Zapatero, con los ojos despavoridos y luz de velatorio, proponiendo que la Unión Europea se alíe con China para «poner a Estados Unidos en una situación imposible«.
En un primer momento, pensé que la grabación había pillado al inefable ZP chutado o pasado de copas, pero ahora -cinco años después- atisbo por donde van los tiros.
Un lustro durante el que quien fuera 7 años, 8 meses y 12 días presidente del Gobierno de España se ha hecho multimillonario como embajador de la tiranía chavista y comisionista de los jerarcas chinos.
No es el único de la banda que explota el filón. Ahí tienen ustedes a Pepiño Blanco, exministro y figura relevante del PSOE, llevándoselo crudo como lobista de Huawei en Bruselas.
No se se viene al caso subrayar que justo hace 10 días la Policía belga realizó redadas y detenciones, tras descubrirse que Huawei lleva años sobornando eurodiputados, para que voten a su favor sobre todo en lo relacionado con las redes 5G.
Y ahora entra en juego Sánchez.
De los disparates que perpetra el marido de Begoña, pocos me parecen tan inquietantes que su acercamiento a China.
No sólo porque corre en paralelo a un teatral e insensato enfrentamiento con EEUU o porque el de Pekín sea un régimen dictatorial, sino porque huele que apesta.
Sánchez pretende vender la tesis de que la cabriola diplomática tiene que ver con Donald Trump, pero es mentira.
Mucho antes de que el pelirrojo llegase a la Casa Blanca, ya estaba trabajándose el ‘negocio’.
Con la que viene, creo que será la cuarta vez -tres como presidente del Gobierno– que el tipo viaja al gigantesco país asiático que ha inventado el ‘capitalismo comunista’.
Y no da Sánchez puntada sin hilo, porque además de proponer bajadas de aranceles, para que Europa se inunde de coches eléctricos chinos y de todo lo que sea, les ofrece que China y España trabajen juntos en foros como la ONU y el G20.
Y ahora viene la pregunta, que es la misma que me planteo cada vez que les veo clamar por disparar el gasto de Defensa: ¿cuánto se están llevando estos malandrines?
Porque pobre, entre los dirigentes del PSOE, no conozco a ninguno.
