Hasta ayer, parecía lo evidente
que cuando un Alto Cargo se nombrara
según el cuándo, el cómo, el quién y el para,
fuera designado el más competente.
Así se hizo hasta entrado el Siglo Veinte.
De pronto, sin que nada lo avalara,
va acaparando cargos gente rara;
no sólo inútil, también indecente.
Pueden jurar que no es casualidad.
Quién a esos nombra, ¡vaya si está al tanto!
¿Qué busca con tamaña obscenidad?
Es evidente que ruina y quebranto.
Pues bien, hay media España, ¡la mitad!
cerrada a la razón ¡a cal y canto!
Como la liviandad eleva al globo,
el vacío mental asciende al bobo