No se aflijan.
Es tranquilizador saber que el Gobierno Sánchez es incapaz de construir viviendas, frenar la ‘okupación’ o controlar el salto de ilegales en nuestras fronteras, pero se las pinta solo contratando prostitutas con dinero del contribuyente, para solaz de gerifaltes socialistas y dejarlas colocadas, para que cobren sin trabajar.
Bajo el manto del marido de Begoña, el fotógrafo presidencial puede acabar en Consejo de Administración de RENFE, las amantes de Ábalos enchufadas en empresas públicas, Pepiño, Bono y Zapatero forrándose con los chinos y el analfabeto Patxi López de catedrático emérito.
Si elevaron a ese rango a Begoña, que sólo tenía el bachillerato, como no lo van a hacer con su portavoz en el Congreso, que hasta los 28 años estuvo intentando aprobar alguna asignatura de ingeniería en la Universidad del País Vasco.
No se había visto en este país llamado España una cuadrilla de mangantes tan hortera, como la que okupa el poder desde hace siete años.
Lo tremendo es que, merced a la connivencia de los apesebrados periodistas de la ‘Brunete Pedrete’ y a la sectaria miopía del tradicional votante progre, siguen convencidos de que la ciudadanía se chupa el dedo.
Y prueba de ello es que todos los ministros al limón se han puesto a repetir histéricos que lo deleznable es que un tuitero anónimo etiquete de ‘puta’ a Pilar Alegría y haga chistes sobre si se ponía a cuatros patas en el Parador de Teruel y no que el Nº-2 del PSOE acarrease prostitutas en un furgón hasta el establecimiento y montase una orgía sexual a cuenta nuestra, sobre la que la ofendida Ministra de Educación de Sanchez y colegas de su cuerda echaron un pudoroso manto de silencio.
Y ahora resulta, según los Fortes, Intxaurrondo, Escolar y compinches que quienes tenemos problemas con la dignidad de las mujeres somos nosotros y no los puteros sinvergüenzas y presuntos feministas que los tienen a sueldo.
Viendo la que esta cayendo en los juzgados, a los que el día que no peregrina Bolaños lo hacen el fiscal García Ortiz o el hermano músico, mucho me temo que en cualquier momento nos castigue Sánchez con otra carta a la militancia seguida de otro retiro espiritual y convocatoria por sorpresa de elecciones.
Casi todo ustedes son impecables, pero para ese contingente proclive a la indolencia, que se queda en casa o se va de vacaciones en lugar de acudir a las urnas, lo advierto alto y claro: si esta vez no echan el resto, después no se quejen.
