Una huelga de basuras
nos dicen que está al caer;
yo, por mucho que lo juren,
no lo acabo de creer.
Esta mafia no descansa
de vivir ¡y viven bien!
rebozados en basura,
un día sí, otro, también
y no pueden descuidarse
y aflojar el paripé;
hay gente que no recibe
ni una gota de parné
y a esos hay que mantenerlos
bien rendidos a sus pies
a base de bulo y fango
que tragan, cómo, no sé;
y mucho me temo que, ellos,
tampoco lo sepan bien.
Al resto, deben comprarlos
y ya me dirán con qué
sino corrupción mediante
e impuestos a tutiplén.
Pues, la gente que se vende,
de fiar, mucho, no es,
hay que untarles la conciencia
no vayan a decaer;
y, conciencia que no tienen,
al no poderla perder
en su lugar, la cartera
sustituye a la fetén
y razonan, o algo así,
a medida que les den.
Que les den buenos dineros,
no por dónde piensa usted.
(Por mucho que lo merezcan,
no va esa breva a caer.)
En fin, amigos, tendremos
basura sin recoger
que ya nos llega hasta el cuello
y no deja de crecer.
¿Una huelga de basuras?
¡A otro can con ese hué!