NOS TOMAN POR IMBÉCILES

Romance del error que nunca existió

Luis XIII… y medio

Pedro Sánchez (PSOE)
Pedro Sánchez (PSOE). PD

Tengo suerte de no ser

un Cardenal de la Iglesia

porque el dilema que pronto,

con el Cónclave a las puertas,

van a tener que afrontar,

no es una sencilla empresa.

Carga el Espíritu Santo,

que es una Persona seria,

aunque de la Trinidad,

ocupe plaza Tercera,

con injusta acusación

de que la pata metiera

en la última elección

que a Francisco nos trajera.

Que los designios divinos

hay veces que no se entiendan

es cierto, pero no menos

que allá arriba hacen las cuentas

de modo que un solo error

es imposible, cometan.

Que Bergoglio fue un tío grande

sobre todo, lo demuestra,

la catarata de elogios

que el buen Papa recibiera

con ocasión de su muerte

de las hispanas lumbreras:

Pedro Sánchez, el primero,

en pública condolencia

bien se deshizo en elogios

del  que hoy brilla por su ausencia.

¿Qué me dicen de Yolanda

y aquél, su rictus de pena?

¿O Bolaños, que, enlutado,

más bajito pareciera

puesto que el negro rebaja

tamaño de quien lo lleva,

cantando, venga a cantar,

aunque sea a su manera,

por argentino, el difunto,

una milonga campera,

en la que elevaba al Cielo

a Bergoglio, por su cuenta

anticipándose al Juicio

en que Dios dicte sentencia?

¿Cabe mayor entusiasmo

de quién plana a Dios enmienda?

Tampoco pierdan de vista

los salmos de Pablo Iglesias,

ni el torrente de lamentos

de la Cofradía entera,

que parecían un coro

de dolidas plañideras.

No señores, si el Gobierno

y toda su parentela

elogian así a Francisco,

alejen toda sospecha

en torno al Pontificado

que Francisco llevó a cuestas.

De sus indudables méritos

la definitiva prueba

es  lo que dice un Gobierno

hasta ahora, que se sepa,

ha cumplido a rajatabla

con precisión milimétrica

todo, todo, todo, todo,

todo lo que prometiera.

¿Iba a ser éste el error

primero, que cometiera?

¡Un poco más de respeto

a quien tan bien nos gobierna!

Pedro Sánchez no merece

la menor duda; ¡ni media!

De modo que, Cardenales,

a semanas del dilema

de elegir un nuevo Papa

que al buen Francisco suceda,

ya que el Espíritu Santo

de palabra, no se expresa,

y no podéis preguntarle

pues, seguro, no os contesta,

no lo dudéis un momento,

el mejor sistema fuera

consultar a Pedro Sánchez

que ése, de seguro, acierta.

Si lo hacéis así, no hay duda

el Papa que él propusiera

más Francisco todavía

que el difunto, aún lo fuera.

Hacedme caso, Prelados,

y el éxito es cosa cierta.

Basta, os fijéis en España

día a día se supera

en manos de este portento

de honradez y de sapiencia.

La que vale para asuntos

que importan a ras de tierra,

¿no ha de servir para el Cielo?

¡Con más razón, Eminencias!

 

Luis XIII… y medio

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