EL REPASO

Alfonso Rojo: “Vamos a denunciar ante la UE a Patxi López y su cuadrilla de masajistas y censores”

¡Viva la Libertad! ¡Carajo!

Ayer, rompiendo con mis sanas costumbres y la tradición, no me subí a este púlpito.

Les dejé sin sermón, porque decidí pasar el día en el Congreso de los Diputados, para ver de cerca como transcurre allí la jornada de reporteros como Bertrand Ndongo o Josué Cárdenas y lo avanzados que tienen el analfabeto Patxi López y su cuadrilla los planes para expulsar a los escasos reporteros que no son adictos al régimen.

Sobre lo primero, además de constatar que quienes se niegan a ejercer de ‘masajistas’ laboran en un ambiente enormemente hostil y casi en soledad, subrayar hay gente de bien, funcionarios y algún que otro periodista, que se opone a la censura y hasta nos apoya

Lo que eufemísticamente se llama Asociación de Periodistas Parlamentarios es un ‘club de fans’ del socialista López, la proetarra Aizpurua, el separatista Rufián y otros zarrapastrosos, que regentan al alimón Llapard de laSexta y Casqueiro de El País.

El resto de ‘socios’ -que son prácticamente todos los redactores que echan allí la jornada- se limita a seguir la corriente que marcan Casqueiro y Llapard.

Unos con entusiasmo y hasta capaces de insultar al popular Tellado por los pasillos, como hemos visto a hacer a Aitor Rivero de Diario.es, y otros -como los corresponsales de ABC, El Mundo, La Razon, Telemadri o El Debate- que se pliegan por miedo, cobardía, o miopía profesional.

Es en esa infame ensalada de chupatintas, en la que se han escudado PNV, JUNTS, Sumar, ERC, Podemos, Coalición Canaria, BNG y por supuesto el PSOE, para sacar adelante desde la Mesa del Congreso el infame documento que tengo en las manos.

Un bodrio, que llaman Nuevo Reglamento, que será aprobado en breve y que faculta a un fantasmagórico Consejo Consultivo de Comunicación Parlamentaria, integrado por un representante de cada grupo político a decidir quién es periodista y quién no, qué se puede preguntar, cómo hay que hacerlo y hasta que es la ‘cortesia’.

Este engendro es intencionalmente tan vago, que sanciona como falta grave publicar imágenes o sonidos ‘obtenidos en contra de la normativa aplicable’  o ‘cualquier comportamiento que perjudique el trabajo de de otros representantes de los medios de comunición’.

Y que considera gravísimo y por tanto motivo de expulsión, descalificar a un diputado en la Camara o en los ‘accesos’.

En otras palabras que si Bertrand se topa con Patxi López en la Plaza de Cibeles y micrófono en ristre le pregunta por su relación con la ‘fontaneraLeire Díez o por los abrazos de los socialistas con los herederos de los etarras que asesinaron a muchos de sus compañeros, lo podrán echar para siempre, porque es evidente que al portavoz del PSOE le escuece escuchar esas cosas y que al Congreso se accede también por la Castellana.

Es de coña y salta a la luz que han dejado todo indefinido, sin concretar, para poderlo aplicar cómo quieran, pero vamos a dar la batalla.

Y lo primero va a ser elaborar un documento y remitirlo a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo. Después iremos ante la Comisión de Libertades Civiles y Justicia o donde haga falta.

Como si tenemos que ir a ver al Papa.

Un paso atrás, ni para tomar impulso.

¡Viva la Libertad! ¡Carajo!

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