Académico, jurista y escritor

El capo y los poceros

Cuento de primavera

Sánchez, Ábalos, Cerdán, Leire y Koldo (PSOE)
Sánchez, Ábalos, Cerdán, Leire y Koldo (PSOE). PD

Toda organización criminal tiene siempre un capo, el líder supremo, el que corta el  bacalao.

A su alrededor pulula gentuza, que hacen los trabajos sucios, para que él no tenga que ensuciarse las manos, o pueda decir, en el peor de los casos,  que no sabía nada…

Es lo que pasó con Felipe González,  que ahora ya nos parece un hombre de estado, un estadista, cuando decía, con todo el morro, que se enteraba de la corrupción por  la prensa.

Y que distinguía entre opinión pública y opinión publicada, de forma que si no se hablada de los crímenes de los Gal, por ejemplo, y de la corrupción,  pues eran delitos que no existían, pues no llegarían al conocimiento de la plebe, el  populacho votante, con b. de burros o borregos.

Hoy en día, tenemos otro capo, posiblemente mucho peor que González, y que se llama Pedro Sánchez.

No le ha bastado con okupar todas las instituciones que deberían actuar como contrapoderes, que ha tenido que contratar a varios poceros, destinados a limpiar la mierda que el régimen comunista sanchista produce y, paralelamente, a echar fango y estiércol sobre el PP, la señora Ayuso, y todos los jueces, fiscales y periodistas que se opongan a su dictadura, que va camino de ser una tiranía.

Esos poceros, mal llamados fontaneros, no reparar tuberías, sino que las rompen, a conciencia, y persiguen inmisericordemente a los adversarios, políticos y personales, del “puto amo”, en definición de uno de sus ministros, no el más listo, dicho sea de paso.

Y tres jueces de carrera actuando como ministros y viceministro, pues eso es lo que viene a ser un secretario de estado, aunque ese ya ha saltado del barco,  o le han dado la patada en el culo, que todo es posible.

Esos dos magistrados ministros, son cooperadores necesarios de los continuos ataques al Estado de Derecho, a la Constitución, a la separación de poderes y, en definitiva, a todos los principios jurídicos que han jurado proteger y defender.

Una corte de siervos y aduladores, como Conde-Pumpido, García Ortiz, Bolaños, etc., se afanan en ejecutar, y nunca mejor dicho, los deseos del amo, actuando como palafreneros, mamporreros y palanganeros del capo de la banda, u organización criminal.

Organización  criminal, presuntamente, que se ha apoderado del Estado, ante la pasividad, cobardía o incompetencia de Felipe VI –o las tres cosas-, y que no duda en utilizar la fiscalía y la abogacía del  estado, la hacienda pública, y lo que haga falta, en contra de sus “enemigos”.

Y en esta tesitura, ¿qué podía salir bien…?

He subtitulo este artículo como  cuento de primavera, pero en realidad es una tragedia.

La tragedia de España.

 

Ramiro Grau Morancho,

Académico, jurista y escritor

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