Pero no me lo ha dicho nadie, me lo imagino yo. Como se haya enterado, que se habrá, de que Sánchez ha dicho que se va a encargar de él, no sabrá dónde meterse. Hay que recordar lo obsesivo que es Sánchez con el Rey y con Ayuso, y que tampoco se fija nada más que el poder que tiene cada uno.
Pero tampoco sabe medir el poder, porque si se fijara un poco se daría cuenta de que Felipe VI aguanta en su sitio y cada día es más popular. Ha ido muchas veces a los pueblos afectados por la dana, en los que siempre es muy bien recibido. En cambio, el propio presidente del gobierno no se atreve a ir. Y como es vengativo, después de haber dejado que se ahoguen muchos y se arruinen más, se niega a socorrerlos. El dinero lo necesita para el Falcon y para las embajadas catalanas. Trump todo eso lo sabe y el terror le sube por entre las ropas.
Si Sánchez tuviera capacidad de observación se daría cuenta de que todos los que se meten con Ayuso resultan empitonados de gravedad. Él mismo tendría que haberse dado cuenta de que ya no tiene nada que hacer en la política. En el momento en que deje el poder ya no lo va a poder recuperar jamás. Manda a muchos troles a combatir con Ayuso, a difamarla, a incordiarla, a intimidarla. Y ella responde, y cada vez que lo hace abre un boquete en ese PSOE en franca decadencia, al que el propio Sánchez intenta elevar la moral diciendo que le quedan seis años de vida. Eso quisiera él. El desmoronamiento va a ser estrepitoso. Va a causar un estruendo que va a dejar temblando al pobre Trump.
No sabe con quién se ha metido. Mira que ponerle aranceles a la España de Sánchez. El Felón.