A diferencia de otros medios de transporte, la aviación se ha quedado rezagada en la carrera por la sostenibilidad. Aunque existen iniciativas como el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF) para reducir la huella de carbono, la falta de disponibilidad y los altos costos hacen que este tipo de combustible solo represente el 0,53 % del consumo total en 2024, lo cual es insuficiente.
Para alcanzar las metas de cero emisiones netas para 2050, los fabricantes de aviones deben explorar soluciones más radicales. Una de estas es el diseño de aviones de «cuerpo de ala combinada», un concepto que se aparta del tradicional «tubo y ala» que ha dominado el transporte aéreo comercial durante un siglo. En los últimos años, gigantes de la industria y nuevas empresas han explorado este diseño innovador.
Natilus, una compañía emergente de California, ha presentado su propuesta más reciente, Horizon, un avión de ala combinada con capacidad para 200 pasajeros, diseñado para reducir las emisiones en un 50% y el consumo de combustible en un 30% en comparación con modelos actuales como el Boeing 737 y el Airbus A320.
La competencia por reinventar el cielo
El interés por los aviones de ala combinada no es nuevo. Airbus y otras empresas han hecho pruebas a pequeña escala, buscando el diseño ideal para maximizar la eficiencia energética. JetZero, otra empresa californiana, anunció un modelo similar, con la ambición de lanzarlo para 2030. Sin embargo, Horizon de Natilus parece contar con una ventaja importante: su diseño se enfoca en la aerodinámica y en la estabilidad de vuelo sin necesidad de sistemas de control avanzados, los cuales han generado problemas en modelos recientes como el Boeing 737 Max.
¿Es realista este cambio?
No obstante, Horizon enfrenta desafíos enormes. El camino hacia la certificación de un diseño completamente nuevo podría estar plagado de obstáculos. Gary Crichlow, analista de Aviation News Limited, advierte que un cambio de diseño tan radical también exige nuevas calificaciones para la tripulación, mayor inversión en infraestructura y un proceso de certificación largo y costoso. Además, las aerolíneas tienden a preferir modelos probados y confiables, ya que reducen el tiempo de capacitación de las tripulaciones y minimizan los costos operativos. Los modelos convencionales, como el Boeing 737 y el Airbus A320, son fáciles de integrar en las flotas existentes y se consideran inversiones más seguras.
Sin embargo, Crichlow también reconoce que la falta de entregas a tiempo de los modelos tradicionales podría dar una oportunidad única a Natilus y a otros fabricantes innovadores para posicionarse en el mercado. Pero, como él mismo señala, “la ventana de oportunidad es muy estrecha”. La pregunta que queda es si Natilus logrará superar los obstáculos técnicos y regulatorios y convencer a las aerolíneas de que adopten un diseño de fuselaje con alas combinadas.
El futuro de la experiencia aérea
El diseño de Horizon ofrece también una experiencia renovada para los pasajeros. Con una cabina más amplia, los fabricantes se plantean innovar en la configuración de los asientos y los espacios. Este nuevo enfoque podría mejorar la comodidad en vuelos largos, e incluso abrir espacio para áreas comunes, un concepto que varias aerolíneas están considerando.
Un cambio necesario y ambicioso
La transición hacia un futuro más sostenible para la aviación es inevitable, pero también compleja y costosa. Horizon y otros modelos de ala combinada representan el tipo de cambio que el sector necesita, aunque su viabilidad está aún por demostrarse. ¿Será este diseño innovador el impulso que finalmente revolucione la aviación, o los elevados costos y los desafíos regulatorios frenarán este sueño?