Suelen ser las dueñas del prime-time, tienen legiones de fans y cada vez cuestan más caras pero las series españolas adolecen falta de originalidad y de ciertas carencias artísticas. Muchas se parecen entre sí, otras se hacen eternas y las hay que son simples excusas para rellenar parrilla.
Solemos compararlas con las que ofrece un mercado estadounidense cada vez más en alza pero nuestras cadenas no se han percatado de que se pueden hacer productos únicos de los que realmente nos sintamos orgullosos.
¿De qué adolecen nuestras series? ¿Podrían ser mejores? ¿Cómo? Estas son las 5 razones principales por las que nuestra ficción no despunta como debería.
05- Inspiración, sí. Comparación, no.
Problemas: Ahora mismo las series más punteras y exportadas vienen de E.U.U.U y, últimamente de Inglaterra. Ambos países, como cualquier otro, poseen un público de exigencias muy particulares. Allí existe una industria una audiencia fragmentada y variada. Hay más oferta y el mercado manda, así que se buscan producto cada vez más sorprendentes e innovadores.
En España gusta criticar lo propio y endiosar lo que viene de fuera. Este complejo de inferioridad hace difícil que se reciban bien productos innovadores. Siempre los estamos comparando. Sorprendería saber la cantidad de profesionales que trabajan en TV que no ven TV patria.
¿Solución?: Miremos nuestros aspectos culturales más genuinos y explotémoslos pero sin caer en los tópìcos. Es decir, en España no sólo hay paletos machistas como en ‘Los Serrano’ pero tampoco colegios dominados por nazis como el de ‘El Internado’ . Inspirémonos en obras maestras pero no nos acomplejemos.
Ejemplos de que el cambio sí es posible: ‘Acusados’ de T5 fue tachada de ser una burda copia de ‘Damages’, serie de abogados estadounidense que goza de una gran prestigio. Cierto es que la española compartía puntos en común iniciales con la original ( algo que exigió la cadena, no fue idea de los creadores) pero poco a poco, la ficción protagonizada por Blanca Portillo tomó vida propia y se transformó en todo un referente. Otro ejemplo sería ‘Aída’, sarcástica recreación de un mundo muy nuestro y que carece de complejos. También podríamos destacar ‘Hispania’ o ‘Águila Roja’ Y por su puesto, la sublime, ‘Cuéntame cómo pasó’.
04. Divide a la audiencia y vencerás
Problema: En España el target que más televisión consume son los niños y/o adolescentes y las mujeres mayores de 40 años. Toda la ficción está programada para ese público en concreto. Las series, pues, son familiares,fáciles, aptas para todos. El espectador más exigente carece de entretenimiento. La pregunta es: ¿Es un problema de oferta o de demanda?
¿Solución?: Con la TDT y los canales de pago la audiencia está más fragmentada. Deberíamos aprovecharlo. Se podrían recortar costes y crear productos de calidad, arriesgados y punteros diseñados para audiencias específicas, sin intenciones de agradar a todo el mundo.
Ejemplos de que el cambio sí es posible: ‘Crematorio’ y ‘¿Qué fue de Jorge Sanz?’ en Canal + y ‘Mentes en shock’ en Fox: Primeras series creadas por cadenas de pago. Su calidad supera con creces la media. No se corren tantos riesgos económicos y la libertad creativa es mayor. El producto se cuida y se mima. Otro caso es el de ‘La pecera de Eva’: Comenzó en La Siete, era muy barata y los guiones respiraban fuerza, profundidad e inteligencia ( al menos las dos primeras temporadas).
03. ¿Censura o autocensura?
Problema: ¿Alguien se ha fijado alguna vez que muy pocas veces se citan los nombres de las ciudades en las series españolas? Se usan eufemismos como «la Capital» «la gran ciudad’ o directamente se inventan los nombres. Esto es por que se tiene miedo a que si una acción se localiza en Madrid , por ejemplo, y se enorgullece de ello, los de otra población pueden ofenderse. Si un personaje grita enfadado que no le gustan las algachofas, al día siguiente saldrá una asociación de agricultores poniéndo una queja.
¿Solución?: Las cadenas tienen mucho miedo a herir sensibilidades. Es un error. Nunca llueve a gusto de todos. Hagamos productos más localizados, más políticamente incorrectos. Es ficción, no un dogma. Llamemos las cosas por su nombre, hablemos de problemas o situaciones reales . Superemos los tabúes sociales. Tengamos más personalidad. El riesgo siempre tiene su público asegurado.
Ejemplos de que el cambio sí es posible: ‘Aquí no hay quien viva’ de Antena3 o ‘Siete vidas’ de T5 podían con todo. Se reían de cualquier personaje público y se daban nombre propios. El truco es que era humor y en ese género el espectador es más tolerante. En ‘Cuéntame’ hacen un poco los mismo pero al ser una serie de época no ofende, de hecho, hacer lo contrario sería traicionar a la historia (aunque a veces se columpian).
02. Cuestión de tiempo.
Problemas: Crear 70 u 80 minutos semanales de ficción es una burrada. Los capítulos se hacen pesados, con demasiados personajes. Las tramas se diluyen y pierden fuerza. La obsesión de las cadenas por rellenar parrilla con un mismo producto ( es el tiempo que duran dos episodios de una serie estadounidense, por ejemplo) tiene su lógica económicamente hablando pero es un desastre en lo artístico. Además, estas producciones suelen hacerse a toda prisa. No hay un tiempo de gestión que permita mimar a la ‘criatura’.
¿Solución?: Planearlo todo con más anticipo. Se pueden hacer capítulos más largos pero con temporadas más cortas ( como hacen los ingleses). O pasarle la tijera al minutaje y rellenar con productos más baratos.
Ejemplos de que el cambio sí es posible: En lo que al prime-time se refiere, el mayor referente de una serie ajustada en minutos y de enorme calidad es ‘Farmacia de Guardia’ de Antena3. Un mito televisivo que podría haber creado escuela pero que sucumbió a ‘Médico de familia’ y sucedáneos.
01. Respetar más a la audiencia
El problema: Una cadena de televisión es una empresa y como tal quiere ganar dinero, eso está claro. El problema es cuando el deseo se centra eb conseguir un beneficio inmediato en vez de apostar por captar la fidelidad del espectador. La recompensa, a la larga, habrá merecido la pena. Los directivos de los canales no sólo tienen miedo- lo que provoca un ahogo de la creatividad de los autores- si no que no cuidan de lo suyo. Cancelaciones prematuras, contraprogramación o cambios en la fecha de emisión son algunos de los ‘desplantes’ a los que nos tienen acostumbrados.
¿Solución?: Que las cadenas estudien más los productos que compran, que confíen en ellos, que se arriesguen, que les den aire y la oportunidad de evolucionar.
Ejemplos de que el cambio sí es posible: ‘Los hombres de Paco’ comenzó con unos discretos datos de audiencia. El tono de la serie era dispar. Antena3 hizo una renovación y se apostó por el romanticismo y el drama. Calidades aparte, esta fue una serie que se respetó y cuidó hasta su última ( y fallida) temporada. ‘Ángel o Demonio’- actualmente en T5– tampoco es que pueda considerárse un éxito pero a la cadena le gusta y ya se están rodando 13 capítulos más.
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