Un negro superdotado y alegre, una bisexual dispuesta a todo y una bella andaluza muy tradicional. Este es el trío que compuso el capítulo más impactante y divertido visto hasta el momento en ‘Adán y Eva’. Un episodio que alcanzó el 13,8% de share con más de 2,6 millones de espectadores y que volvió a confirmar que el programa le ha devuelto la vida a Cuatro.
Aunque la semana anterior ya hubo una chica bisexual como protagonista, esta semana, la diferencia, y el mayor reclamo de venta que tuvo la cadena de cara a la promoción, existía un aliciente mayor… Un Adán negro, con todos los tópicos sexuales que ello implica.
El macho Alfa de este capítulo se llamaba Coman, un vasco de origen guineano y cuerpo escultural que intentaba buscar a la mujer con la que formar un verdadero hogar en el ‘Paraíso’. La verdad es que era un tipo con bastante desparpajo (y cierta inocencia). Su primera Eva, fue Esther, una joven mucho más vivida y directa que lo primero que le dijo a su Adán fue:
Tengo una amiga que dice que una mujer no es completa hasta que un negro no se la meta. A ver si me voy completa de la isla.
El otro, con risa incómoda, contestó que, efectivamente, los de su raza tienen «el dragón negro muy desarrollado». Damos fe de ello. es más, el momento más surrealista del capítulo llegó cuando Coman se puso a bailar, atención, el indescriptible estilo llamado ‘Electro Jungle’. A Esther le pasó lo que nos pasó a los más de dos millones de espectadores:
He estado todo el rato mirándole al mismo sitio
Luego, de noche, ambos disfrutaron de un momento romántico que incluso terminó en ‘lío’. Eso sí, él se quedó un pelín alterado cuando ella le informó de su pasado con chicas y le preguntó si estaría dispuesto a hacer un trío.
Dicho y hecho. Al día siguiente, cuando Coman se sentía el rey de la jungla, de repente apareció Ana, una espectacular andaluza que dividió a la pareja pero de manera inesperada. Y es que, la primera que se fijó en la nueva habitante del ‘Paraíso’ fue Esther y se quedó prendada por ella.
Luego llegó el momento comba. sí , sí, comba. Y es que mientras que el Adán de ébano saltaba, las dos Evas le hacían preguntas comprometidas y al final, Esther confesó que, como él, ella también se había colado por Ana.
Fue entonces cuando ocurrió algo nunca visto en ‘adán y Eva’: una cita romántica entre dos chicas. Esther tiró la caña y le preguntó directamente a la otra:
Yo he hecho tríos y he estado con alguna chica y, como experiencia, es bonito. ¿Tú lo has hecho?
La otra se hizo la interesante y contestó:
He tenido varios sueños eróticos con mujeres y me han gustado. No me quiero morir sin probarlo pero, de momento, no quiero hacerlo.
Los tres jugaron al juego de pasarse hielos (cómo se nota la mano de los redactores por allí) y aunque las chicas llegaron a ‘besarse’, la cosa no llegó a más.
Y al final Coman tuvo qu elegir y obviamente, apostó por la opción menos arriesgada; Ana. Está se lo tomó má so menos bien pero su decepción no fue por el rechazo de él si no de su compañera:
Me hubiera gustado quedarme con ella en la isla.