¿Buen acuerdo de la Iglesia y el Gobierno sobre el Valle de los Caídos, o cesión?

Por José María Arévalo

(Foto en El Debate con este pie: ¿A quién pertenece realmente el Valle de los Caídos?)

En este tema del acuerdo que al parecer han llegado la Iglesia y el Gobierno sobre el Valle de los Caídos de mantener la presencia de los monjes, el templo y la cruz, de un lado, y “resignificar” el resto del Valle quitando toda referencia a Franco y la dictadura, se están produciendo continuas declaraciones que tratan de concluir -arrimando, claro, el ascua a la sardina del declarante- si el acuerdo es bueno o malo, de quien ha cedido más en sus pretensiones, y de las verdaderas consecuencias que va a tener sobre el Valle de los Caídos, la primera que va a dejar de llamarse así para titularse Valle de Cuelgamuros.

Recibí hace ya unos días las clásicas alertas de Hazteoir y alguna entidad más -situadas todas a la derecha del espectro político y católico- para que condenara como muy negativo y perjudicial el acuerdo alcanzado y pidiera a la Iglesia -a los obispos españoles y al Nuncio de su Santidad- que actuara contra la pretendida por el Gobierno resignificación. He suscrito otras muchas alertas de Hazteoir y otras entidades parecidas, pero no he querido unirme a esta, sobre todo porque no me gusta en principio condenar una actuación oficial de la Iglesia sin conocer en detalle los motivos que sus representantes han tenido, y en esta cuestión hay muchos aspectos que me parece aún no son claros. Así que decidí esperar y seguir todo lo que se va publicando al respecto.

Además de esta reacción totalmente negativa de varias asociaciones o entidades católicas y de derechas, han aparecido artículos en la prensa -la moderada, que yo sigo- comentando quienes han sido los obispos protagonistas de la decisión de la Iglesia y que al parecer hay varios que no están muy de acuerdo con lo decidido, entre ellos el obispo Munilla -y que si es más de derechas que otros, etc.-. Como tampoco me parecían claras estas informaciones, he esperado a que algún obispo se pronunciara al respecto, y así lo ha hecho el propio Munilla, señalando que el Valle de los Caídos es del Estado, y no de la Iglesia, y por eso tampoco ésta podía tomar decisiones sobre lo que no es el templo y los monjes. Lo curioso es que justo cuando difundí por whastupp las declaraciones de Munilla, apareció un artículo en El Debate que matizaban lo que dice este obispo respecto a «¿A quién pertenece realmente el Valle de los Caídos?”, como titulaba Álex Navajas un artículo de El Debate del mismo 9 de abril. Vamos a reproducir uno y otro.

Pero antes recogerla última noticia, del 9 de abril, según la cual el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, ha dicho que “el actor principal” del proyecto de resignificación del Valle de Cuelgamuros es el Gobierno, pero ha asegurado que, como interlocutor en las negociaciones, sabe que se mantendrá la comunidad benedictina, la basílica y su culto, así como “los elementos religiosos que hay alrededor”, como la gran cruz. Según ha manifestado el arzobispo madrileño, aún siguen estudiando “qué ha pasado y por qué se han removido las aguas” en torno a Cuelgamuros. En un desayuno informativo de La Razón, el arzobispo ha explicado que aún están dialogando sobre este proyecto de cambio del antiguo Valle de los Caídos. Un diálogo en el que él es interlocutor y, según ha detallado, lidera el Gobierno con los monjes benedictinos, que “tienen su jurisdicción propia con sus propias reglas de juego”, la Nunciatura, y la Conferencia Episcopal.

MUNILLA SE EXPLICA

Frente a quienes decían que Mons. Munilla estaba en contra de lo acordado y que sostiene la mayoría de los obispos, en declaraciones recientes que recogía ACI Prensa. ha defendido que el Gobierno ha cedido ante la firmeza eclesial. “El Obispo de Orihuela-Alicante (España), Mons. José Ignacio Munilla, defiende que el Gobierno de Pedro Sánchez “ha tenido que ceder” en sus pretensiones iniciales para la resignificación del Valle de los Caídos “porque la Iglesia ha permanecido firme”. Los principales objetivos de la “resignificación” proclamados por el Gobierno de España eran la desacralización de los espacios sagrados, la expulsión de la comunidad de monjes benedictinos y la retirada de los símbolos religiosos, entre otros. Durante su habitual emisión de los lunes en Radio María España, el prelado español abordó la polémica suscitada en torno a las conversaciones mantenidas entre el Ejecutivo y representantes de la Iglesia Católica sobre el futuro del recinto, el papel de los fieles que se han manifestado en contra de estas actuaciones y la figura singular del exprior benedictino P. Santiago Cantera. Mons. Munilla contextualizó que el recinto en cuestión “es de propiedad estatal, no eclesial” y que, por tanto, “el Gobierno tendría potestad para cerrar el Valle de los Caídos”, como sucedió en el año 2010. Si no lo ha hecho así ha sido, a su entender, porque “siempre van a hacer lo que más cuenta en el rédito de popularidad” y porque a sus votantes católicos “les chirriaba el hecho de que el Gobierno coja y cierre una basílica y un monasterio”.

Así, “como se da el caso de que la Iglesia no ha cedido en eso (…) entonces ellos pretenden vender su victoria en la resignificación”, prosiguió el prelado, que considera que este relato constituye una manipulación pues “quieren dar la impresión de que necesitan el consentimiento de la Iglesia para hacer esa resignificación y no es así”. Los acuerdos entre la Iglesia Católica y el Estado español firmados en 1979 establecen que “los lugares de culto tienen garantizada su inviolabilidad con arreglo a las Leyes. No podrán ser demolidos sin ser previamente privados de su carácter sagrado. En caso de su expropiación forzosa será antes oída la Autoridad Eclesiástica competente”.

MONS. MUNILLA DENUNCIA UNA ESTRATEGIA DE MANIPULACIÓN DEL GOBIERNO

El prelado español criticó por otro lado las filtraciones sobre las conversaciones mantenidas entre el Gobierno y las autoridades eclesiásticas en Madrid y Roma, subrayando que en el Ejecutivo “son unos maestros de las manipulaciones” que ha conseguido transformar “una derrota fáctica” en “una victoria mediática”. A su entender, esta estrategia ha logrado un triple efecto, consistente en “distraer a la opinión pública agitando el anticlericalismo” para desviar la atención de que el Gobierno está en situación de “máxima fragilidad, acorralado por sus escándalos internos”.

En segundo lugar, la filtración gubernamental estaría orientada a “convertir sus derrotas en triunfos”. En este sentido, aportó ejemplos de medios de izquierdas que han afectado al Gobierno en el resultado de las conversaciones con la Iglesia Católica, dados sus planteamientos de máximos iniciales. Estas críticas de medios cercanos al Ejecutivo constituyen a su entender una prueba de que serían “falsas” las acusaciones de que “la Iglesia ha sido cobarde”, que “ha cedido en todo” o de que “no ha defendido el honor de los lugares sagrados”. Por último, Mons. Munilla señaló que el Gobierno ha conseguido “dividir a los católicos de forma que algunos han puesto en su objetivo a la CEE, al Santa Sede o al Secretario de Estado. En vez de manifestarse ante La Moncloa [sede de la Presidencia del Ejecutivo], van y se manifiestan ante la Iglesia”.

El prelado expuso además sobre el papel desempeñado por la Iglesia Católica que, sin haber estado “en la letra pequeña” de las negociaciones, “seguro que habrá cosas que podríamos haber hecho mejor”. No obstante, enfatizó que “es totalmente injusto escuchar insultos y ver pintadas contra el Cardenal Arzobispo de Madrid, contra el presidente de la CEE o contra el Secretario de Estado Vaticano”. “Quienes hacen eso no saben de lo que están hablando y creo que han caído en la trampa” del Gobierno, concluyó.

Por otro lado, Mons. Munilla ha elogiado el papel desempeñado por el que ha sido hasta hace pocos días prior de la comunidad benedictina del Valle de los Caídos, P. Santiago Cantera, subrayando que “es el hombre que ha dado a España la lección moral que necesitaba”. “El Gobierno pedía su cabeza y él ha dado un paso voluntariamente de forma temporal”. Aunque Munilla ha expuesto que desconoce si su relevo al frente de la comunidad, “ha salido de él o se le ha sugerido en medio de la negociación”, enfatizó que se trata de un testimonio “maravilloso, potente y luminoso”.

¿A QUIÉN PERTENECE REALMENTE EL VALLE DE LOS CAÍDOS?

Pero de estas declaraciones del obispo Munilla se deduce que el Valle de los Caídos pertenece al Estado español, a Patrimonio Nacional, y ello no es totalmente cierto, como publicaba el mismo día 9 El Debate: “La pregunta ha surgido en numerosas ocasiones en las últimas semanas a raíz de la «resignificación» que pretende llevar a cabo del Gobierno de Pedro Sánchez en el Valle de los Caídos: ¿Quién es, realmente, el propietario del conjunto monumental? Quizás la respuesta que más se ha escuchado ha sido la de «el Estado», pero no es exactamente así. Otros creen que pertenece a la Iglesia católica, o a la comunidad de benedictinos que allí reside desde 1957, cuando varios frailes se mudaron allí procedentes del monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).

El Valle de los Caídos es el complejo funerario y monumental mandado construir por el general Francisco Franco en 1940 y que está ubicado en el risco de la Nava y su entorno, en el municipio madrileño de San Lorenzo de El Escorial. A apenas 15 kilómetros de allí se encuentra otro monumento de dimensiones colosales: el monasterio de El Escorial, que mandó edificar el rey Felipe II tras vencer a Enrique II en la batalla de San Quintín (1557).

Porque, si hay una característica que define al Valle de los Caídos es, precisamente, esa: sus colosales proporciones. La cruz edificada sobre el risco de la Nava alcanza los 152 metros de altura, lo que la convierte en la más alta del mundo. Para hacerse una idea de su tamaño, basta señalar que es casi cinco veces más alta que el Cristo Redentor del Corcovado, en Río de Janeiro (Brasil), o que sobrepasa a la Estatua de la Libertad de Nueva York en 60 metros. Por tomar referencias más cercanas, es ligeramente más baja que la Torre Picasso de Madrid (156 metros) y supera a la Torre Agbar (ahora Torre Glòries, de 144 metros) de Barcelona.

La basílica (uno de los objetivos del Gobierno dentro de su plan para «resignificar» el Valle) está excavada en la roca del risco de la Nava y es, nuevamente, la más larga del mundo, con sus 262 metros de longitud, superando incluso a San Pedro del Vaticano. En el recinto del conjunto monumental, que se extiende por 1.391 hectáreas de paraje montañoso, se encuentra también la abadía de la Santa Cruz, donde residen los monjes benedictinos, encargados de custodiar el Valle desde sus inicios; la escolanía de la Santa Cruz, un colegio-internado dirigido por los monjes al que acuden una treintena de niños cantores, y la hospedería, con 120 habitaciones, restaurante, salas de reuniones y auditorios, que está en pleno funcionamiento y abierta al público.

Cerca del acceso a la basílica hay también varias edificaciones que, en su momento, albergaron tiendas de recuerdos, bares, restaurantes y un funicular para subir hasta la base de la cruz. Todas ellas están clausuradas, algunas desde hace más de 25 años, por la desidia y la dejadez con la que se ha gestionado el conjunto monumental. Y aquí, precisamente, se localiza el nudo gordiano de toda esta situación: la propiedad y la gestión de todo el conjunto.

Según los documentos oficiales, el Valle de los Caídos pertenece a la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. En la propia web del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática se explica que, «en 1957, se publica en el Boletín Oficial de Estado el Decreto-ley donde se establecía la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y se promulgaban las bases jurídicas y patrimoniales del monumento». «Según el decreto, será la nueva Fundación, bajo el ‘Alto Patronato’ de Franco, la que ejercerá la titularidad del monumento, se asegurará del cumplimiento de los fines religiosos y sociales establecidos en el decreto, y pondrá en marcha el convenio con los benedictinos», prosigue la página web del Gobierno.

Pero, además, basta hacer una simple consulta al Registro de la Propiedad para constatar este extremo. La Asociación para la Defensa de los Caídos, que preside Pablo Linares –nieto de uno de los presos republicanos que trabajaron en la construcción del Valle–, ha facilitado a El Debate los documentos que certifican la titularidad del conjunto monumental.

La siguiente pregunta es obvia: ¿Qué es la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, y quién la compone? Aquí es donde el Estado tiene más que decir. Una vez que falleció el general Franco, el ‘Alto Patronato’ de la Fundación recayó en el nuevo Jefe del Estado, el rey Juan Carlos I quien, a su vez, delegó en Patrimonio Nacional, «el organismo público español dedicado al cuidado y mantenimiento de los bienes históricamente vinculados a la Corona de España», según su propia definición. Y Patrimonio Nacional depende, en la actualidad, del Ministerio de la Presidencia, es decir, de Félix Bolaños.

Pero no es el único patrono de la Fundación: el otro es la propia comunidad benedictina del Valle de los Caídos. El Gobierno, por tanto, no es el legítimo propietario del conjunto monumental, sino la Fundación, que componen Patrimonio Nacional y la abadía de la Santa Cruz. Para tomar cualquier decisión que incumba al Valle de los Caídos, ésta debería brotar de los acuerdos que tomen ambas partes, puesto que ellas son los dos patronos que conforman la Fundación. Patrimonio Nacional es quien gestiona en la actualidad el complejo –cobro de entradas, mantenimiento, jardinería, etc.– y los monjes benedictinos se encargan del culto en la basílica, de la dirección de la escolanía y de la gestión de la hospedería.

Además, como es sabido, las fundaciones están obligadas a cumplir los fines con los que fueron creadas. La propia web citada anteriormente que el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática dedica al Valle de los Caídos los enumera: «Las obligaciones que se establecen para la abadía son: mantener el culto con esplendor, dirigir la escolanía y el Centro de Estudios Sociales, seguir la evolución del pensamiento social en el mundo, recopilar la doctrina de los Pontífices y pensadores católicos, poner en marcha una biblioteca sobre temas religiosos, celebrar ejercicios espirituales, preparar informes que se le soliciten y atender la hospedería».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

Lo más leído